Lunes, Noviembre 25, 2024

Pandemia y planificación urbana, por Magdalena Vicuña y Catalina Marshall

EL MOSTRADOR – En el contexto de la actual pandemia del Covid-19, tal vez aún es muy temprano para saber cuán profundamente este tipo de enfermedades infecciosas nos marcarán como sociedad y nos significarán cambios profundos en nuestras formas de relacionarnos y convivir en el espacio urbano. Las pandemias del siglo XX gatillaron cambios en la forma de planificar las ciudades, la infraestructura de urbanización, y la localización de las diversas actividades humanas en el territorio. Entonces, resulta válido preguntarse, ¿de qué manera, la forma en que desarrollamos nuestras ciudades hoy, se verá afectada por nuevas prioridades ligadas a la salud pública? ¿Será que nuevas enfermedades infecciosas, como el Covid-19, nos traerán en un futuro cercano, nuevos desafíos para el desarrollo de ciudades y la planificación urbana? ¿Cuáles son las innovaciones que debemos implementar en contextos de aglomeración como son las ciudades, especialmente las áreas metropolitanas?
En este nuevo escenario, en el cual necesitamos tomar distancia física para mantenernos sanos, tanto hoy como mañana, surgen una serie de problemáticas claves y transversales para los procesos de desarrollo urbano y planificación de ciudades. Un primer tema es la densidad habitacional. ¿Cuáles serán las máximas densidades admisibles para el desarrollo habitacional, considerando los desafíos ambientales que aún persisten y los nuevos desafíos de salud? ¿Seguirán siendo las densidades medias y bajas un privilegio para unos pocos? ¿Cómo podemos distribuir las densidades de manera más equilibrada en el territorio? En cuanto a transporte público y movilidad, ¿qué estrategias adoptaremos para asegurar una mayor frecuencia del servicio y qué estándares exigiremos para permitir un desplazamiento seguro para la ciudadanía? En materia de áreas verdes, plazas y parques, ¿cómo aseguraremos su acceso equitativo? Otro desafío que visualizamos es la reutilización y adaptación inteligente de aquellos edificios que, producto de la sobre oferta, mala accesibilidad o densidades insostenibles, ya no tengan mayor demanda.
Para afrontar dichas preguntas, es central incorporar el concepto de desarrollo sustentable en la planificación urbana y territorial, velando por la integración de las cuatro dimensiones que componen su definición (sociedad, medio ambiente, cultura y economía). A su vez, la planificación debe promover la resiliencia de las ciudades, esto es, su capacidad para resistir, adaptarse y recuperarse oportuna y eficazmente de los efectos de una amenaza. También resulta clave el rol de los actores locales en los complejos procesos de gobernanza y planificación para el crecimiento de futuras áreas urbanas y transformación de las existentes. Esto, debido a que varias de las decisiones de política pública que derivan de las preguntas que se plantean arriba, se toman a nivel metropolitano, y requieren de la coordinación y colaboración de los municipios. Por su parte, los gobiernos locales conocen mejor las particularidades, características y necesidades de la población y sus territorios; ello permite que tengan el potencial de articular la voz de organizaciones ciudadanas de base. Las ciudades son territorios en conflicto, y el rol de la planificación es mediar los intereses de la multiplicidad de actores que intervienen en el desarrollo urbano, para la correcta toma de decisiones en función del bien común.
Debemos pensar y guiar las transformaciones que experimentarán nuestras ciudades, para asegurar un desarrollo en equilibrio con el medio ambiente, el acceso a viviendas y barrios dignos, la eficiencia en el uso de la infraestructura de urbanización para el caso de zonas de crecimiento urbano, la equidad en acceso a transporte público, bienes, servicios y equipamientos, y la calidad de la experiencia, entre otros temas. Ello, liderado por actores locales y procesos participativos que nos permitan pensar en nuevas oportunidades para nuestras ciudades y para un mañana más sustentable considerando el nuevo significado que esta palabra pueda tener en el contexto de la pandemia que estamos viviendo hoy.
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Fuente: El Mostrador, Jueves 09 de Abril de 2020

EL MOSTRADOR – En el contexto de la actual pandemia del Covid-19, tal vez aún es muy temprano para saber cuán profundamente este tipo de enfermedades infecciosas nos marcarán como sociedad y nos significarán cambios profundos en nuestras formas de relacionarnos y convivir en el espacio urbano. Las pandemias del siglo XX gatillaron cambios en la forma de planificar las ciudades, la infraestructura de urbanización, y la localización de las diversas actividades humanas en el territorio. Entonces, resulta válido preguntarse, ¿de qué manera, la forma en que desarrollamos nuestras ciudades hoy, se verá afectada por nuevas prioridades ligadas a la salud pública? ¿Será que nuevas enfermedades infecciosas, como el Covid-19, nos traerán en un futuro cercano, nuevos desafíos para el desarrollo de ciudades y la planificación urbana? ¿Cuáles son las innovaciones que debemos implementar en contextos de aglomeración como son las ciudades, especialmente las áreas metropolitanas?
En este nuevo escenario, en el cual necesitamos tomar distancia física para mantenernos sanos, tanto hoy como mañana, surgen una serie de problemáticas claves y transversales para los procesos de desarrollo urbano y planificación de ciudades. Un primer tema es la densidad habitacional. ¿Cuáles serán las máximas densidades admisibles para el desarrollo habitacional, considerando los desafíos ambientales que aún persisten y los nuevos desafíos de salud? ¿Seguirán siendo las densidades medias y bajas un privilegio para unos pocos? ¿Cómo podemos distribuir las densidades de manera más equilibrada en el territorio? En cuanto a transporte público y movilidad, ¿qué estrategias adoptaremos para asegurar una mayor frecuencia del servicio y qué estándares exigiremos para permitir un desplazamiento seguro para la ciudadanía? En materia de áreas verdes, plazas y parques, ¿cómo aseguraremos su acceso equitativo? Otro desafío que visualizamos es la reutilización y adaptación inteligente de aquellos edificios que, producto de la sobre oferta, mala accesibilidad o densidades insostenibles, ya no tengan mayor demanda.
Para afrontar dichas preguntas, es central incorporar el concepto de desarrollo sustentable en la planificación urbana y territorial, velando por la integración de las cuatro dimensiones que componen su definición (sociedad, medio ambiente, cultura y economía). A su vez, la planificación debe promover la resiliencia de las ciudades, esto es, su capacidad para resistir, adaptarse y recuperarse oportuna y eficazmente de los efectos de una amenaza. También resulta clave el rol de los actores locales en los complejos procesos de gobernanza y planificación para el crecimiento de futuras áreas urbanas y transformación de las existentes. Esto, debido a que varias de las decisiones de política pública que derivan de las preguntas que se plantean arriba, se toman a nivel metropolitano, y requieren de la coordinación y colaboración de los municipios. Por su parte, los gobiernos locales conocen mejor las particularidades, características y necesidades de la población y sus territorios; ello permite que tengan el potencial de articular la voz de organizaciones ciudadanas de base. Las ciudades son territorios en conflicto, y el rol de la planificación es mediar los intereses de la multiplicidad de actores que intervienen en el desarrollo urbano, para la correcta toma de decisiones en función del bien común.
Debemos pensar y guiar las transformaciones que experimentarán nuestras ciudades, para asegurar un desarrollo en equilibrio con el medio ambiente, el acceso a viviendas y barrios dignos, la eficiencia en el uso de la infraestructura de urbanización para el caso de zonas de crecimiento urbano, la equidad en acceso a transporte público, bienes, servicios y equipamientos, y la calidad de la experiencia, entre otros temas. Ello, liderado por actores locales y procesos participativos que nos permitan pensar en nuevas oportunidades para nuestras ciudades y para un mañana más sustentable considerando el nuevo significado que esta palabra pueda tener en el contexto de la pandemia que estamos viviendo hoy.
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Fuente: El Mostrador, Jueves 09 de Abril de 2020

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