PULSO – El intenso período que ha experimentado la economía chilena producto de la contingencia social y de los graves actos de violencia, ha generado incertidumbre en la inversión y en el empleo, condiciones claves en el sustento y desarrollo de las familias.
Para atenuar el impacto negativo de la actual crisis en los trabajadores, el Ejecutivo presentó una agenda denominada “Protección del empleo y recuperación económica” con un total de recursos involucrados de US$5.500 millones.
Entre los ejes propuestos -cuyo foco es la inversión y creación de empleos-, destaca el de reconstrucción y reactivación económica, que alcanza $4.405 millones entre los proyectos de reconstrucción y grandes inversiones en obras de infraestructura, vivienda y equipamiento, entre otros.
Las grandes obras de construcción generalmente contemplan una inversión de mediano y largo plazo. Sin embargo, el escenario hoy es diferente. Los proyectos contenidos en la agenda de protección del empleo deben idealmente impactar en el corto y mediano plazo.
La inversión pública de calidad podría ayudar significativamente a cumplir dicho objetivo, cuyas obras intensivas en mano de obra -por ejemplo, construcción de caminos básicos, viviendas sociales y obras de infraestructura pública-, y que posean rentabilidad social positiva pueden ser clave y, más aún, favorecer la reactivación económica del país.
Para que la inversión en obras públicas se convierta en un cimiento en esta tarea, no sólo se debe construir por construir. Un eficiente uso de los recursos públicos es indispensable si lo que se busca es impactar y mejorar la calidad de vida de las personas, y en este caso particular, al mismo tiempo proteger el empleo.
El año 2013, la Dipres publicó un estudio que permitió estimar econométricamente el número de empleos asociados a inversión pública, de forma de anticipar el impacto de los proyectos en el empleo. Dicho estudio permite estimar que, por cada millón de dólares de aumento en la inversión en obras públicas, se generarían unos 28 nuevos empleos. Ahora bien, faltaría responder qué tan efectivo serán esos empleos y cuánto mejor estaremos luego de la intervención.
No cabe duda que la forma en cómo enfrentemos el complejo escenario durante los próximos meses será un elemento importante en la determinación de cuán veloz se recuperará la economía y el bienestar social. De ahí el llamado de todos los sectores a proteger y crear nuevos empleos, para resguardar el sustento y desarrollo de las familias que se encuentran tras ellos.
Fuente: Pulso, Jueves 23 de Enero de 2020
Inversión en obras públicas, un cimiento pro empleo, por Hernán de Solminihac
PULSO – El intenso período que ha experimentado la economía chilena producto de la contingencia social y de los graves actos de violencia, ha generado incertidumbre en la inversión y en el empleo, condiciones claves en el sustento y desarrollo de las familias.
Para atenuar el impacto negativo de la actual crisis en los trabajadores, el Ejecutivo presentó una agenda denominada “Protección del empleo y recuperación económica” con un total de recursos involucrados de US$5.500 millones.
Entre los ejes propuestos -cuyo foco es la inversión y creación de empleos-, destaca el de reconstrucción y reactivación económica, que alcanza $4.405 millones entre los proyectos de reconstrucción y grandes inversiones en obras de infraestructura, vivienda y equipamiento, entre otros.
Las grandes obras de construcción generalmente contemplan una inversión de mediano y largo plazo. Sin embargo, el escenario hoy es diferente. Los proyectos contenidos en la agenda de protección del empleo deben idealmente impactar en el corto y mediano plazo.
La inversión pública de calidad podría ayudar significativamente a cumplir dicho objetivo, cuyas obras intensivas en mano de obra -por ejemplo, construcción de caminos básicos, viviendas sociales y obras de infraestructura pública-, y que posean rentabilidad social positiva pueden ser clave y, más aún, favorecer la reactivación económica del país.
Para que la inversión en obras públicas se convierta en un cimiento en esta tarea, no sólo se debe construir por construir. Un eficiente uso de los recursos públicos es indispensable si lo que se busca es impactar y mejorar la calidad de vida de las personas, y en este caso particular, al mismo tiempo proteger el empleo.
El año 2013, la Dipres publicó un estudio que permitió estimar econométricamente el número de empleos asociados a inversión pública, de forma de anticipar el impacto de los proyectos en el empleo. Dicho estudio permite estimar que, por cada millón de dólares de aumento en la inversión en obras públicas, se generarían unos 28 nuevos empleos. Ahora bien, faltaría responder qué tan efectivo serán esos empleos y cuánto mejor estaremos luego de la intervención.
No cabe duda que la forma en cómo enfrentemos el complejo escenario durante los próximos meses será un elemento importante en la determinación de cuán veloz se recuperará la economía y el bienestar social. De ahí el llamado de todos los sectores a proteger y crear nuevos empleos, para resguardar el sustento y desarrollo de las familias que se encuentran tras ellos.
Fuente: Pulso, Jueves 23 de Enero de 2020