Domingo, Diciembre 22, 2024

Boom de activos alternativos impulsa creación de fondos de infraestructura en el mercado nacional

DIARIO FINANCIERO – El creciente interés en activos alternativos por parte de los inversionistas institucionales y de alto patrimonio ha provocado un crecimiento general en la industria de la administración de fondos, con cada vez más firmas enfocando su expansión en este segmento. Pero las clases de activos también se han ido rebarajando recientemente.
En un mundo dominado por la inversión en activos inmobiliarios, el interés se ha ido diversificando, impulsando otro tipo activos que hace un par de años atrás era de nicho: los fondos de infraestructura.
Cifras de la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (Acafi) muestran que al cierre de 2018 había sólo diez fondos de infraestructura vigentes, con CMB-Prime y Toesca como los mayores players, en términos de tamaño.
Este año, la expansión ha sido agresiva en la oferta de fondos de este segmento. Datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) revelan que en lo que va de 2019 se han depositado once reglamentos de vehículos con la palabra “infraestructura”, de administradoras que no tenían esta clase de activos vigentes al cierre de 2018, como Ameris, Banchile, Picton y Econsult.
Activos estratégicos
Entre las mayores diferencias de los activos de infraestructura y los inmobiliarios están los volúmenes de las operaciones, la naturaleza de los activos y el balance riesgo retorno.
Según explica el socio de CMB y portfolio manager de CMB LV Infraestructura III –el fondo de infraestructura más grande de Chile, con activos por US$ 400 millones–, Alfonso Yáñez, los montos involucrados en infraestructura se ubican entre US$ 75 millones y US$ 100 millones, mientras que el ticket promedio en activos inmobiliarios son más bajos.
Los negocios en el segmento de infraestructura son más acotados, también, por un número limitado de concesiones. “Eso hace que el número de oportunidades de inversión sea más limitada. Es un negocio menos líquido. Pero a la vez hace que determinados activos sean considerados ‘estratégicos’”, comenta Yáñez.
En lo que va del año, algunas transacciones han tenido como protagonistas a este tipo de vehículos, como la compra del 37% de GNL Mejillones por parte de Ameris o la adquisición del 49% las concesiones chilenas de Sacyr a Toesca.
Contra-cíclico
En este segmento, los riesgos son más altos pero también los retornos, comentan en la industria.
“Es una clase de activo que ofrece retornos más atractivos que otros instrumentos, como la renta fija, por ejemplo”, indica el gerente de inversiones de Banchile Inversiones, Eduardo Befferman,
Las bajas tasas de interés ha sido uno de los factores que ha impulsado a los activos alternativos en Chile, en la medida que los inversionistas han buscado instrumentos con mejores retornos.
Befferman destaca que los vehículos de infraestructura “son menos dependientes de los ciclos económicos y tienen menos volatilidad que la que pueden tener los fondos inmobiliarios, dependiendo de la oferta y de la vacancia”.
Perspectivas
Mirando hacia adelante, en la industria esperan que el segmento se siga desarrollando. Yáñez, de CMB, prevé que “para éste y los próximos años, el capital invertido en infraestructura será del orden de entre US$ 2.500 millones y US$ 3.000 millones por año, considerando inversiones en brownfield (en operación) y greenfield (en desarrollo)”. Este crecimiento sería impulsado por un alto apetito de los inversionistas, el plan de concesiones del gobierno y los déficit en sectores como la transmisión eléctrica y la desalinización de aguas.
A todo esto se suma un motor por el lado de los inversionistas, acota Befferman, de Banchile: la entrada de las AFP después del cambio regulatorio que expandió sus límites de inversión en activos alternativos. “Este tipo de inversionistas comienzan a ser un actor importante dentro de los compradores de activos de infraestructura”, indica el ejecutivo.
Ver artículo
Fuente: Diario Financiero, Lunes 26 de Agosto de 2019

DIARIO FINANCIERO – El creciente interés en activos alternativos por parte de los inversionistas institucionales y de alto patrimonio ha provocado un crecimiento general en la industria de la administración de fondos, con cada vez más firmas enfocando su expansión en este segmento. Pero las clases de activos también se han ido rebarajando recientemente.
En un mundo dominado por la inversión en activos inmobiliarios, el interés se ha ido diversificando, impulsando otro tipo activos que hace un par de años atrás era de nicho: los fondos de infraestructura.
Cifras de la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (Acafi) muestran que al cierre de 2018 había sólo diez fondos de infraestructura vigentes, con CMB-Prime y Toesca como los mayores players, en términos de tamaño.
Este año, la expansión ha sido agresiva en la oferta de fondos de este segmento. Datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) revelan que en lo que va de 2019 se han depositado once reglamentos de vehículos con la palabra “infraestructura”, de administradoras que no tenían esta clase de activos vigentes al cierre de 2018, como Ameris, Banchile, Picton y Econsult.
Activos estratégicos
Entre las mayores diferencias de los activos de infraestructura y los inmobiliarios están los volúmenes de las operaciones, la naturaleza de los activos y el balance riesgo retorno.
Según explica el socio de CMB y portfolio manager de CMB LV Infraestructura III –el fondo de infraestructura más grande de Chile, con activos por US$ 400 millones–, Alfonso Yáñez, los montos involucrados en infraestructura se ubican entre US$ 75 millones y US$ 100 millones, mientras que el ticket promedio en activos inmobiliarios son más bajos.
Los negocios en el segmento de infraestructura son más acotados, también, por un número limitado de concesiones. “Eso hace que el número de oportunidades de inversión sea más limitada. Es un negocio menos líquido. Pero a la vez hace que determinados activos sean considerados ‘estratégicos’”, comenta Yáñez.
En lo que va del año, algunas transacciones han tenido como protagonistas a este tipo de vehículos, como la compra del 37% de GNL Mejillones por parte de Ameris o la adquisición del 49% las concesiones chilenas de Sacyr a Toesca.
Contra-cíclico
En este segmento, los riesgos son más altos pero también los retornos, comentan en la industria.
“Es una clase de activo que ofrece retornos más atractivos que otros instrumentos, como la renta fija, por ejemplo”, indica el gerente de inversiones de Banchile Inversiones, Eduardo Befferman,
Las bajas tasas de interés ha sido uno de los factores que ha impulsado a los activos alternativos en Chile, en la medida que los inversionistas han buscado instrumentos con mejores retornos.
Befferman destaca que los vehículos de infraestructura “son menos dependientes de los ciclos económicos y tienen menos volatilidad que la que pueden tener los fondos inmobiliarios, dependiendo de la oferta y de la vacancia”.
Perspectivas
Mirando hacia adelante, en la industria esperan que el segmento se siga desarrollando. Yáñez, de CMB, prevé que “para éste y los próximos años, el capital invertido en infraestructura será del orden de entre US$ 2.500 millones y US$ 3.000 millones por año, considerando inversiones en brownfield (en operación) y greenfield (en desarrollo)”. Este crecimiento sería impulsado por un alto apetito de los inversionistas, el plan de concesiones del gobierno y los déficit en sectores como la transmisión eléctrica y la desalinización de aguas.
A todo esto se suma un motor por el lado de los inversionistas, acota Befferman, de Banchile: la entrada de las AFP después del cambio regulatorio que expandió sus límites de inversión en activos alternativos. “Este tipo de inversionistas comienzan a ser un actor importante dentro de los compradores de activos de infraestructura”, indica el ejecutivo.
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Fuente: Diario Financiero, Lunes 26 de Agosto de 2019

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