EL MERCURIO – Cuesta creer que, a inicios del siglo XX, Chile contaba con una red operativa de ferrovías que superaba los 9 mil kilómetros entre Arica y Puerto Montt y que, poco después, los trenes trasladaban a más de 32 millones de pasajeros anualmente.
Hoy, en cambio, existen tres mil kilómetros de vías vigentes y la cifra de pasajeros solo se ha vuelto a superar con los proyectos de Metrotrén Nos y Metro Valparaíso, que movilizan a 20 millones de personas cada uno.
¿Qué pasó? El desarrollo del transporte motorizado, tanto de carga como de pasajeros, unido a la pavimentación de carreteras en los años 50 y 60, fueron progresivamente desplazando al tren producto de su flexibilidad y capilaridad.
Pero hoy nos enfrentamos a un punto de quiebre que marca no solo el regreso, sino también el definitivo despegue del tren. ¿Qué ha cambiado? Hay dos elementos clave para el renacer de los sistemas ferroviarios en Chile. Primero, con el desarrollo experimentado por nuestro país y el consiguiente aumento del poder adquisitivo de las personas, ha crecido fuertemente la tasa de motorización. Si en el año 2000 el número de vehículos en Chile alcanzaba los 2,1 millones, una década después superaba los tres millones y se espera que, a fines de este año, se empine a seis millones. Y, en segundo lugar, si bien se han incorporado importantes avances en infraestructura, han sido paulatinos debido a lo constreñido de su desarrollo, principalmente en el radio urbano, al competir con las viviendas, los espacios públicos y los servicios. Con todo, se ha configurado una congestión creciente donde la principal opción es dotar a las ciudades de un transporte público de calidad.
Aprovechando las fajas vías existentes, los trenes urbanos y suburbanos pueden tomar un rol protagónico, entregando seguridad, rapidez y certeza, elementos vitales para un buen servicio.
Es por ello que el Presidente Sebastián Piñera nos ha encargado un ambicioso plan de desarrollo ferroviario que incluye el potenciamiento de Metrotrén Nos, con nuevos trenes que debieran llegar a inicios de 2021, y la conclusión del Metrotrén Rancagua, con trenes nuevos y pasos desnivelados que, además de unir Santiago con la capital de O’Higgins en menos de una hora, brindarán servicios de calidad a Buin, Paine, Hospital, San Francisco y Graneros.
A eso se suman el recién anunciado Metrotrén Melipilla, que duplicará los pasajeros transportados de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) en el año 2025; y el Tren/Metrotrén Chillán, que unirá dicha ciudad con Santiago en 3,5 horas, interconectando a Rancagua, San Fernando, Curicó, Talca y Linares en 2022.
Igualmente, están la extensión del Metro de Valparaíso desde Limache a Quillota y La Calera, que estará operativo en 2024, y del Metrotrén Araucanía, que permitirá ir expandiendo, con trenes ya comprados, el servicio Victoria-Temuco a Padre Las Casas, Freire y Gorbea a partir de 2020.
Por último, no podemos dejar de mencionar el ambicioso proyecto del Gran Concepción, que, con un nuevo puente sobre el Biobío, permitirá dotar a esta ciudad de un Metrotrén de alta calidad, uniendo Coronel y Lota por el sur, Hualqui y Chiguayante por el sur-oriente, Talcahuano por el nor-poniente, y Penco y Lirquén por el norte, cruzando en varios ejes a Concepción.
En materia de transporte ferroviario de carga, estamos recuperando puentes y vías para devolver una óptima operatividad y destacar que el desarrollo del Puerto Exterior de San Antonio no se concibe sin el soporte ferroviario, para lo cual EFE ya inició los estudios de ingeniería correspondientes.
Se deben sumar las dos propuestas privadas de concesión para unir Santiago con Valparaíso, donde los proponentes han ratificado que no requieren subsidio del Estado, y que fueron declaradas de interés público para verificar los estudios de viabilidad. A esto se agregan los proyectos para un Metrotrén al aeropuerto de Pudahuel, que cuenta con buena rentabilidad social.
En este auspicioso panorama, los sistemas ferroviarios constituyen una excelente alternativa de transporte público que, sin duda, brindarán viajes de calidad y conectividad territorial mejorando la calidad de vida a millones de personas.
Fuente: El Mercurio, Miércoles 24 de Julio de 2019
El regreso del tren. Por José Luis Domínguez C., Subsecretario de Transportes
EL MERCURIO – Cuesta creer que, a inicios del siglo XX, Chile contaba con una red operativa de ferrovías que superaba los 9 mil kilómetros entre Arica y Puerto Montt y que, poco después, los trenes trasladaban a más de 32 millones de pasajeros anualmente.
Hoy, en cambio, existen tres mil kilómetros de vías vigentes y la cifra de pasajeros solo se ha vuelto a superar con los proyectos de Metrotrén Nos y Metro Valparaíso, que movilizan a 20 millones de personas cada uno.
¿Qué pasó? El desarrollo del transporte motorizado, tanto de carga como de pasajeros, unido a la pavimentación de carreteras en los años 50 y 60, fueron progresivamente desplazando al tren producto de su flexibilidad y capilaridad.
Pero hoy nos enfrentamos a un punto de quiebre que marca no solo el regreso, sino también el definitivo despegue del tren. ¿Qué ha cambiado? Hay dos elementos clave para el renacer de los sistemas ferroviarios en Chile. Primero, con el desarrollo experimentado por nuestro país y el consiguiente aumento del poder adquisitivo de las personas, ha crecido fuertemente la tasa de motorización. Si en el año 2000 el número de vehículos en Chile alcanzaba los 2,1 millones, una década después superaba los tres millones y se espera que, a fines de este año, se empine a seis millones. Y, en segundo lugar, si bien se han incorporado importantes avances en infraestructura, han sido paulatinos debido a lo constreñido de su desarrollo, principalmente en el radio urbano, al competir con las viviendas, los espacios públicos y los servicios. Con todo, se ha configurado una congestión creciente donde la principal opción es dotar a las ciudades de un transporte público de calidad.
Aprovechando las fajas vías existentes, los trenes urbanos y suburbanos pueden tomar un rol protagónico, entregando seguridad, rapidez y certeza, elementos vitales para un buen servicio.
Es por ello que el Presidente Sebastián Piñera nos ha encargado un ambicioso plan de desarrollo ferroviario que incluye el potenciamiento de Metrotrén Nos, con nuevos trenes que debieran llegar a inicios de 2021, y la conclusión del Metrotrén Rancagua, con trenes nuevos y pasos desnivelados que, además de unir Santiago con la capital de O’Higgins en menos de una hora, brindarán servicios de calidad a Buin, Paine, Hospital, San Francisco y Graneros.
A eso se suman el recién anunciado Metrotrén Melipilla, que duplicará los pasajeros transportados de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) en el año 2025; y el Tren/Metrotrén Chillán, que unirá dicha ciudad con Santiago en 3,5 horas, interconectando a Rancagua, San Fernando, Curicó, Talca y Linares en 2022.
Igualmente, están la extensión del Metro de Valparaíso desde Limache a Quillota y La Calera, que estará operativo en 2024, y del Metrotrén Araucanía, que permitirá ir expandiendo, con trenes ya comprados, el servicio Victoria-Temuco a Padre Las Casas, Freire y Gorbea a partir de 2020.
Por último, no podemos dejar de mencionar el ambicioso proyecto del Gran Concepción, que, con un nuevo puente sobre el Biobío, permitirá dotar a esta ciudad de un Metrotrén de alta calidad, uniendo Coronel y Lota por el sur, Hualqui y Chiguayante por el sur-oriente, Talcahuano por el nor-poniente, y Penco y Lirquén por el norte, cruzando en varios ejes a Concepción.
En materia de transporte ferroviario de carga, estamos recuperando puentes y vías para devolver una óptima operatividad y destacar que el desarrollo del Puerto Exterior de San Antonio no se concibe sin el soporte ferroviario, para lo cual EFE ya inició los estudios de ingeniería correspondientes.
Se deben sumar las dos propuestas privadas de concesión para unir Santiago con Valparaíso, donde los proponentes han ratificado que no requieren subsidio del Estado, y que fueron declaradas de interés público para verificar los estudios de viabilidad. A esto se agregan los proyectos para un Metrotrén al aeropuerto de Pudahuel, que cuenta con buena rentabilidad social.
En este auspicioso panorama, los sistemas ferroviarios constituyen una excelente alternativa de transporte público que, sin duda, brindarán viajes de calidad y conectividad territorial mejorando la calidad de vida a millones de personas.
Fuente: El Mercurio, Miércoles 24 de Julio de 2019