EL MERCURIO – Aumentar el uso de las energías renovables, incentivar la utilización de transporte eléctrico en pasajeros y carga, y elevar fuertemente la forestación. Esas son algunas de las variadas fórmulas que plantea el sector empresarial del país para que Chile cumpla la meta autoimpuesta de ser carbono neutral en el año 2050, siendo la primera nación en vías de desarrollo en aspirar a un objetivo de ese tipo.
El mundo privado reaccionó positivamente al conocer ayer en “El Mercurio” este plan, que es el eje principal del anteproyecto de ley marco de cambio climático que trabaja el Ministerio del Medio Ambiente y que será presentado mañana para que sea objeto de debate en la ciudadanía. El proyecto apunta a que la economía nacional sea capaz de absorber tanto dióxido de carbono (CO{-2}) como el que genera, alcanzando un impacto medioambiental igual a cero.
La presidenta de la Comisión de Desarrollo Sustentable y Cambio Climático, de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Paulina Riquelme, considera que establecer la meta de carbono neutral para 2050 es potente, pero ello requerirá de una estrategia de largo plazo, donde se propongan medidas destinadas a crear condiciones “habilitantes”, como en materia regulatoria, de promoción y acceso a nuevas tecnologías, entre otras.
Riquelme sostiene que el mayor desafío para el país es lograr una estrategia de Estado que supere los cuatro años de gobierno y los ciclos electorales. Agrega que Chile, al estar en vías de desarrollo, requerirá de financiamiento permanente e incentivos a “la inversión baja en carbono”.
El presidente ejecutivo de la Asociación de Generadoras de Chile, Claudio Seebach, sostiene “que Chile sea el primer país emergente en plantear una meta de carbono neutralidad por ley, en línea con lo propuesto por la ciencia, es una acción climática concreta, ambiciosa, pero necesaria. La electricidad será un pilar central para alcanzar este objetivo, a través de dos caminos: el crecimiento en energías renovables y la electrificación de los usos de energía, como transporte, hogares e industria”.
Seebach recuerda que en 2018, el 45% de la generación eléctrica fue renovable y que los últimos estudios indican que en 2030 se alcanzaría el 75%.
Para el director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), Carlos Finat, el país debe reducir 45% las emisiones a 2030 y llegar a cero en 2050. Entre las medidas que propone está generar una “ley de acción climática”, ampliar el impuesto al CO{-2} a todas las actividades que lo generan, elevándolo desde los actuales US$ 5 a US$ 30 por tonelada de CO{-2}. El reemplazo de los autos a gasolina y diésel por eléctricos es otra de sus fórmulas. En esa línea, el director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), Carlos Cruz, propone extender y potenciar el metro en ciudades de regiones de más de 500 mil habitantes, fomentar el transporte de superficie eléctrico (bus y autos), también los teleféricos y trenes eléctricos de cercanía.
Cruz añade que se debe suprimir el uso de la leña, especialmente en el sur del país; aumentar la superficie cultivable para la agricultura tecnificada, y educar en el uso eficiente del agua, entre varias otras ideas.
Desde el mundo forestal también comentaron el plan del Gobierno. El presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), Juan José Ugarte, asegura que el país “tiene todo el potencial para llegar a ser carbono neutral”, especialmente por su capacidad para generar energía a través del sol, viento, agua y biomasa. Igualmente, por las opciones que tiene para incrementar sus bosques “que transforman los gases contaminantes en oxígeno y nos proporcionan materiales sustentables”.
Ugarte recuerda que en la reunión COP de París, Chile se propuso la meta de plantar un árbol por cada chileno cada cuatro años, lo que —afirma— ha sido calificado como insuficiente por la comunidad científica internacional. Por ello, sostiene que su sector ha planteado sembrar cuatro árboles por cada persona al año durante las próximas dos décadas “y así alcanzar todo el potencial que tiene Chile para neutralizar el 100% de sus emisiones”.
En CMPC coinciden en que “las plantaciones forestales son importantes capturadoras de CO{-2}, así también las áreas de bosque y vegetación nativa, que representan un 30% del patrimonio forestal de la empresa en Chile, con casi 330 mil hectáreas”. La Papelera agrega que “se autoabastece en un 80% a través de energía renovable, principalmente biomasa”.
La industria pesquera también reaccionó. Héctor Bacigalupo, gerente general de la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca), estima que “el desarrollo tecnológico es la solución”, logrando un equilibrio entre mantener la actividad económica y los empleos que se generan, con una eliminación de los impactos al medio ambiente.
Bacigalupo afirma que el sector pesquero tiene varios proyectos en esa dirección, como la mejora en la potencia en las flotas de barcos, junto con la disminución de consumo de combustible. A la vez, para ferias libres están desarrollando “carros sustentables” para la venta de productos del mar, que usan paneles solares y depósitos de aguas con desechos de pescados, que se convertiría en compost. Se agrega el aumento de cultivo de algas, que denomina “reforestación del mar”.
El investigador del Centro de Cambio Global UC Luis Cifuentes señala que lo básico es reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero —CO{-2}, CH{-4}, N{-2}0— y de los contaminantes climáticos de vida corta —carbono negro— y aumentar la forestación. Añade que se debe agilizar la descarbonización de la matriz eléctrica.
“Se debe poner énfasis en el transporte eléctrico para carga y pasajeros. El tren a Valparaíso debería ser un primer paso”.
Carlos Cruz
Director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)
“Se requiere de un cambio cultural en las pautas de consumo y hábitos de la población, así como en los patrones de producción”.
Paulina Riquelme
Pdta. Comisión de Desarrollo Sustentable y Cambio Climático de la CPC
Fuente: El Mercurio, Lunes 17 de Junio de 2019