Lunes, Noviembre 25, 2024

Carlos Cruz, director ejecutivo del CPI: “Invertir en infraestructura potenciará el agro”

REVISTA EL CAMPO – Enfatiza que extender de fibra óptica a todo el país y tener claro qué se hará en recursos hídricos es esencial para mejorar la competitividad y para el arraigo de las personas en regiones.
Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), insiste: “invertir en infraestructura potenciará al agro y al país, porque invertir en el desarrollo de fibra óptica, agua y transporte, permitirá no solo que el agro siga siendo un driver del desarrollo del país, como lo ha sido, sino crecer y  alcanzar la meta de duplicar las exportaciones al 2020”. Recalca que para concretarlo hay que contar con una política pública que establezca un objetivo claro para que así la competitividad del sector agroalimentario y forestal pueda seguir creciendo.
“Mi preocupación es que en los últimos 10 o 15 años estas discusiones, que eran tan importantes en los 90 y que permitieron un despliegue de la infraestructura nacional, se dejaron de hacer. Hay que retomar esas conversaciones, y en esto el liderazgo que debe cumplir el Gobierno es fundamental. Tiene que ser él el que convoque a las partes, invite a los equipos técnicos, los haga pensar, pida resultados y, a partir de eso, construya políticas, pero teniendo claro el objetivo”, plantea.
Esto beneficiará mucho más que solo la productividad del país, pues “el sector agrícola está desplegado en todo el país. Entonces permite un arraigo en el territorio de gente que hoy se desplaza a zonas urbanas. Tenemos el 87% de la población urbanizada. Entonces, tiene una serie de ventajas adicionales por lo que creo que vale la pena insistir en que se diseñe una política con estas características”.
El agua se ha convertido en una piedra de tope para el sector a pesar de existir una política hídrica…
—Hay un problema institucional grande. Tenemos más de 40 instituciones vinculadas al tema hídrico. Tenemos una política de embalses que es importante y en la que el MOP ha sido muy activo… Pero, por ejemplo, el embalse Convento Viejo, que tiene capacidad para almacenar 200 millones de metros cúbicos, solamente distribuye, comercializa, 17 millones. Entonces hay una política para resolver los problemas que tradicionalmente hemos tenido, pero la transferencia de agua de un lugar a otro, el almacenamiento para regar zonas de rulo… Está un poco pendiente cómo solucionar esos temas para poder poner en valor el agua y las zonas que son beneficiadas de esa agua.
—Existen varias alternativas, como la carretera hídrica. ¿Solucionarían el problema de escasez?
—La carretera hídrica tiene la ventaja de poner el tema en discusión. También está el estudio de Fundación Chile para el uso de aguas grises, que me parece que es un tema con mucho futuro. Y está el tema de la desalación, que todavía es cara, pero si los precios de la energía siguen bajando, en algún momento puede ser viable. Además, están todas las medidas de embalsamiento, de gestión y buen uso del agua, que mejoran sustantivamente el aprovechamiento del recurso, por lo que hay que llevarlas a cabo. Pero se requiere una reflexión de especialistas y tomar las decisiones para empezar lo antes posible en la ejecución de estos proyectos.
—Otro desafío es la conexión digital del país; sin embargo, no es atractivo comercialmente. ¿Cómo se consigue?
—Hoy tiene una restricción que tiene que ver con la densificación poblacional de las zonas agrícolas. Por ello es que se necesita una política pública que defina la llegada de fibra óptica a las zonas de alta productividad, pero baja densidad poblacional. Es fundamental diseñar una política pública que permita darles soporte a zonas que tienen un altísimo potencial y que, como consecuencia de la incorporación de nuevas tecnologías, puedan desplegarse. Es una necesidad imperiosa que de aquí a poco tiempo tenemos que ser capaces de dotar a esas zonas de soporte para el , pues eso permite desde la evaluación de suelos y diseño de sistemas de regadío hasta control de todo lo que es la aplicación de plaguicidas, todo lo que tiene que ver con trazabilidad.
Medio ambiente y comunidades
—¿Cómo se conjugan desarrollo y medio ambiente?
—Estuve en un seminario de los grandes fondos privados que invierten en infraestructura y una condición que están poniendo todos los inversionistas en el mundo es que los proyectos sean ambientalmente sustentables.
Entonces, no es que el medio ambiente nos esté poniendo un pie forzado, es una condición de los proyectos. Esta no es una restricción de los ambientalistas, sino de los inversionistas. Porque el tema de la sustentabilidad ya está en la cabeza de quienes están destinando recursos para estos, es una condición sine qua non . Que te va a costar más caro, sí. Que te vas a demorar más, probablemente no, porque vas a entrar en una máquina que se puede ir ajustando y los proyectos pueden salir rápido. Menos oposición ciudadana, probablemente, porque el problema ambiental va a dejar de ser un problema.
—Pero quedan temas pendientes en este ámbito.
—El problema del efecto que puedan tener los proyectos en las personas es uno. Por lo tanto, el compromiso con las comunidades pasa a ser muy importante y, en ese sentido, también todo lo que tenga que ver con generar mecanismos de participación ciudadana temprana y vinculante al desarrollo de los proyectos. Eso es fundamental.
Y la gobernanza, entendida como la administración que ejercen los stakeholders sobre la marcha del proyecto en función de los objetivos planteados originalmente.
Eso hay que asumirlo como parte de lo que viene y hay que generar cabeza y metodología para que se puedan implementar.
Fuente: Revista el Campo, Lunes 03 de Junio de 2019

REVISTA EL CAMPO – Enfatiza que extender de fibra óptica a todo el país y tener claro qué se hará en recursos hídricos es esencial para mejorar la competitividad y para el arraigo de las personas en regiones.
Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), insiste: “invertir en infraestructura potenciará al agro y al país, porque invertir en el desarrollo de fibra óptica, agua y transporte, permitirá no solo que el agro siga siendo un driver del desarrollo del país, como lo ha sido, sino crecer y  alcanzar la meta de duplicar las exportaciones al 2020”. Recalca que para concretarlo hay que contar con una política pública que establezca un objetivo claro para que así la competitividad del sector agroalimentario y forestal pueda seguir creciendo.
“Mi preocupación es que en los últimos 10 o 15 años estas discusiones, que eran tan importantes en los 90 y que permitieron un despliegue de la infraestructura nacional, se dejaron de hacer. Hay que retomar esas conversaciones, y en esto el liderazgo que debe cumplir el Gobierno es fundamental. Tiene que ser él el que convoque a las partes, invite a los equipos técnicos, los haga pensar, pida resultados y, a partir de eso, construya políticas, pero teniendo claro el objetivo”, plantea.
Esto beneficiará mucho más que solo la productividad del país, pues “el sector agrícola está desplegado en todo el país. Entonces permite un arraigo en el territorio de gente que hoy se desplaza a zonas urbanas. Tenemos el 87% de la población urbanizada. Entonces, tiene una serie de ventajas adicionales por lo que creo que vale la pena insistir en que se diseñe una política con estas características”.
El agua se ha convertido en una piedra de tope para el sector a pesar de existir una política hídrica…
—Hay un problema institucional grande. Tenemos más de 40 instituciones vinculadas al tema hídrico. Tenemos una política de embalses que es importante y en la que el MOP ha sido muy activo… Pero, por ejemplo, el embalse Convento Viejo, que tiene capacidad para almacenar 200 millones de metros cúbicos, solamente distribuye, comercializa, 17 millones. Entonces hay una política para resolver los problemas que tradicionalmente hemos tenido, pero la transferencia de agua de un lugar a otro, el almacenamiento para regar zonas de rulo… Está un poco pendiente cómo solucionar esos temas para poder poner en valor el agua y las zonas que son beneficiadas de esa agua.
—Existen varias alternativas, como la carretera hídrica. ¿Solucionarían el problema de escasez?
—La carretera hídrica tiene la ventaja de poner el tema en discusión. También está el estudio de Fundación Chile para el uso de aguas grises, que me parece que es un tema con mucho futuro. Y está el tema de la desalación, que todavía es cara, pero si los precios de la energía siguen bajando, en algún momento puede ser viable. Además, están todas las medidas de embalsamiento, de gestión y buen uso del agua, que mejoran sustantivamente el aprovechamiento del recurso, por lo que hay que llevarlas a cabo. Pero se requiere una reflexión de especialistas y tomar las decisiones para empezar lo antes posible en la ejecución de estos proyectos.
—Otro desafío es la conexión digital del país; sin embargo, no es atractivo comercialmente. ¿Cómo se consigue?
—Hoy tiene una restricción que tiene que ver con la densificación poblacional de las zonas agrícolas. Por ello es que se necesita una política pública que defina la llegada de fibra óptica a las zonas de alta productividad, pero baja densidad poblacional. Es fundamental diseñar una política pública que permita darles soporte a zonas que tienen un altísimo potencial y que, como consecuencia de la incorporación de nuevas tecnologías, puedan desplegarse. Es una necesidad imperiosa que de aquí a poco tiempo tenemos que ser capaces de dotar a esas zonas de soporte para el , pues eso permite desde la evaluación de suelos y diseño de sistemas de regadío hasta control de todo lo que es la aplicación de plaguicidas, todo lo que tiene que ver con trazabilidad.
Medio ambiente y comunidades
—¿Cómo se conjugan desarrollo y medio ambiente?
—Estuve en un seminario de los grandes fondos privados que invierten en infraestructura y una condición que están poniendo todos los inversionistas en el mundo es que los proyectos sean ambientalmente sustentables.
Entonces, no es que el medio ambiente nos esté poniendo un pie forzado, es una condición de los proyectos. Esta no es una restricción de los ambientalistas, sino de los inversionistas. Porque el tema de la sustentabilidad ya está en la cabeza de quienes están destinando recursos para estos, es una condición sine qua non . Que te va a costar más caro, sí. Que te vas a demorar más, probablemente no, porque vas a entrar en una máquina que se puede ir ajustando y los proyectos pueden salir rápido. Menos oposición ciudadana, probablemente, porque el problema ambiental va a dejar de ser un problema.
—Pero quedan temas pendientes en este ámbito.
—El problema del efecto que puedan tener los proyectos en las personas es uno. Por lo tanto, el compromiso con las comunidades pasa a ser muy importante y, en ese sentido, también todo lo que tenga que ver con generar mecanismos de participación ciudadana temprana y vinculante al desarrollo de los proyectos. Eso es fundamental.
Y la gobernanza, entendida como la administración que ejercen los stakeholders sobre la marcha del proyecto en función de los objetivos planteados originalmente.
Eso hay que asumirlo como parte de lo que viene y hay que generar cabeza y metodología para que se puedan implementar.
Fuente: Revista el Campo, Lunes 03 de Junio de 2019

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