LA TERCERA – La zona central vive una megasequía hace casi una década. Es la más extensa desde el siglo pasado y, según expertos, se requiere de hasta siete años de superávit de lluvia para revertirla. El problema es que el registro de precipitaciones no mejora. Pero aún, pese a la escasez de agua, Chile no tiene información actualizada sobre la disponibilidad de agua.
El Balance Hídrico Nacional, catastro de cuánta agua existe en el país, data de 1987. Es por esto que la Dirección General de Aguas (DGA) encargó a especialistas de la U. de Chile y la U. Católica actualizar el documento. La actualización se hará en cuatro informes. El primero, en que se detalla la metodología que se utilizará, ya fue entregado en 2017. Los otros tres estarán a fines de 2019.
Estos tres medirán la disponibilidad del recurso dividiendo al país en tres macrozonas: primero, la norte-centro; luego la sur y parte de la zona austral norte, finalmente la zona sur y centro de la zona austral, analizando las 101 cuencas que existen en el país.
De manera representativa, el análisis comenzó eligiendo cinco cuencas a lo largo del país: las de los ríos Loa, Choapa, Maipo, Imperial y Aysén.
Las primeras mediciones arrojaron un déficit de la disponibilidad de agua en las zonas estudiadas de entre un 10% y un 37%. Consultada la DGA sobre los valores particulares de déficit detectados en cada cuenca estudiada, el organismo señaló que la información detallada solo se entregará durante 2019.
El proyecto es liderado por Ximena Vargas, académica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile. “Lo que se ha constatado en estaciones de medición de precipitación y temperatura es que, en general, hay disminuciones de la precipitación anual promedio y aumentos de la temperatura media anual”. Ello, explica, ha generado que en algunas estaciones de sectores costeros haya disminuciones de la disponibilidad de agua.
Según Vargas, además del primer informe, publicado en 2017, el segundo de estos documentos está en proceso de corrección para empastar. Actualmente se está realizando el tercer proyecto: Aplicación en cuencas de las macrozonas sur y extremo norte de la austral, y aquí se han entregado dos informes preliminares. “La variación informada corresponde a lo realizado hasta ahora en cuencas de las macrozonas norte, centro, sur y extremo norte de la austral”, explica.
Metodología aplicada
Roberto Rondanelli, experto en meteorología, forma parte de la investigación.
Afirma que buena parte del déficit detectado tiene que ver con la disminución de las precipitaciones en la zona centro-sur del país (entre Valparaíso y Aysén). “Estamos viviendo un período más bien seco, provocado de forma natural”, advierte.
Sin embargo, admite que existen factores antropogénicos, relacionados al cambio climático. “Esa disminución es cuasipermanente, y no se puede revertir en el mediano plazo o largo plazo”, dice.
Este trabajo cobra valor, ya que también es fundamental saber la disponibilidad en las cuencas del país, para ejecutar políticas públicas y planificar nuevos proyectos, en medio de la discusión por el Código de Aguas y los efectos del cambio climático a nivel mundial.
Según la DGA, “la magnitud del déficit a nivel nacional se conocerá una vez que sea publicado el informe cuarto y final”,
Vargas explica que en el estudio “se utilizan metodologías complejas de modelación y capacidad de supercómputo que no estaban disponibles hace 30 años para estimar, las variables climáticas, precipitación y temperatura”.
Ver artículo
Fuente: La Tercera, jueves 21 de febrero de 2019
Disponibilidad del agua en Chile ha disminuido hasta un 37% en algunas zonas
LA TERCERA – La zona central vive una megasequía hace casi una década. Es la más extensa desde el siglo pasado y, según expertos, se requiere de hasta siete años de superávit de lluvia para revertirla. El problema es que el registro de precipitaciones no mejora. Pero aún, pese a la escasez de agua, Chile no tiene información actualizada sobre la disponibilidad de agua.
El Balance Hídrico Nacional, catastro de cuánta agua existe en el país, data de 1987. Es por esto que la Dirección General de Aguas (DGA) encargó a especialistas de la U. de Chile y la U. Católica actualizar el documento. La actualización se hará en cuatro informes. El primero, en que se detalla la metodología que se utilizará, ya fue entregado en 2017. Los otros tres estarán a fines de 2019.
Estos tres medirán la disponibilidad del recurso dividiendo al país en tres macrozonas: primero, la norte-centro; luego la sur y parte de la zona austral norte, finalmente la zona sur y centro de la zona austral, analizando las 101 cuencas que existen en el país.
De manera representativa, el análisis comenzó eligiendo cinco cuencas a lo largo del país: las de los ríos Loa, Choapa, Maipo, Imperial y Aysén.
Las primeras mediciones arrojaron un déficit de la disponibilidad de agua en las zonas estudiadas de entre un 10% y un 37%. Consultada la DGA sobre los valores particulares de déficit detectados en cada cuenca estudiada, el organismo señaló que la información detallada solo se entregará durante 2019.
El proyecto es liderado por Ximena Vargas, académica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile. “Lo que se ha constatado en estaciones de medición de precipitación y temperatura es que, en general, hay disminuciones de la precipitación anual promedio y aumentos de la temperatura media anual”. Ello, explica, ha generado que en algunas estaciones de sectores costeros haya disminuciones de la disponibilidad de agua.
Según Vargas, además del primer informe, publicado en 2017, el segundo de estos documentos está en proceso de corrección para empastar. Actualmente se está realizando el tercer proyecto: Aplicación en cuencas de las macrozonas sur y extremo norte de la austral, y aquí se han entregado dos informes preliminares. “La variación informada corresponde a lo realizado hasta ahora en cuencas de las macrozonas norte, centro, sur y extremo norte de la austral”, explica.
Metodología aplicada
Roberto Rondanelli, experto en meteorología, forma parte de la investigación.
Afirma que buena parte del déficit detectado tiene que ver con la disminución de las precipitaciones en la zona centro-sur del país (entre Valparaíso y Aysén). “Estamos viviendo un período más bien seco, provocado de forma natural”, advierte.
Sin embargo, admite que existen factores antropogénicos, relacionados al cambio climático. “Esa disminución es cuasipermanente, y no se puede revertir en el mediano plazo o largo plazo”, dice.
Este trabajo cobra valor, ya que también es fundamental saber la disponibilidad en las cuencas del país, para ejecutar políticas públicas y planificar nuevos proyectos, en medio de la discusión por el Código de Aguas y los efectos del cambio climático a nivel mundial.
Según la DGA, “la magnitud del déficit a nivel nacional se conocerá una vez que sea publicado el informe cuarto y final”,
Vargas explica que en el estudio “se utilizan metodologías complejas de modelación y capacidad de supercómputo que no estaban disponibles hace 30 años para estimar, las variables climáticas, precipitación y temperatura”.
Ver artículo
Fuente: La Tercera, jueves 21 de febrero de 2019