Lunes, Noviembre 25, 2024

Water Break experiencias internacionales en tiempos de sequía

DIARIO FINANCIERO – Uno de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) más importantes tiene que ver con la disponibilidad y calidad hídrica. La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, una cifra que crecerá con el aumento de la temperatura global producto del cambio climático. Más de 40 países experimentan hoy estrés hídrico y 10 de ellos están a punto de agotar su suministro de agua dulce renovable, dependiendo de fuentes alternativas. El aumento de las sequías y la desertificación están empeorando estas tendencias. Las estimaciones apuntan a que una de cada cuatro personas se verá afectada por escasez recurrente de agua al 2050.

Chile también enfrenta un estrés hídrico importante para su desarrollo desde Arica a la Araucanía porque este año 2018 ha sido el invierno con menos lluvias en los últimos 20 años. Las praderas naturales de Talca y Curicó no permiten tener el alimento adecuado para los animales, y las regiones del Maule, Valparaíso y O’Higgins se encuentran en una situación crítica, con un crecimiento sostenido del abastecimiento de agua potable con camiones aljibe. Por su parte, La Ligua, Petorca y Cabildo, zona de paltas de exportación, continúan con un grave problema hídrico arrastrado por más de ocho años consecutivos.

Preparar para tiempos de sequía

Ante una situación compleja del uso del recurso es necesario tomar las medidas adecuadas, puesto que muy probablemente las tendencias de las precipitaciones irán a la baja. El desafío de la variabilidad climática en Chile requiere medidas revolucionarias en la gestión de los recursos hídricos para mitigar los efectos de la sequía en el territorio nacional.

Una opción es aprender de las cinco experiencias abordadas por el BID en su estudio “El agua en tiempos de sequía: lecciones en el mundo”, que parte analizando a Sao Paulo, Brasil, la ciudad más grande de Sudamérica, con 20 millones de habitantes y cuya falta de lluvias causó en 2014 la peor sequía en más de 80 años. Incluso, el sistema de embalses de Cantareira está suministrando hoy menos de la mitad del agua que proporcionaba antes de la sequía.

Entre las primeras acciones destacó la creación de un grupo de gestión, que impulsó la transferencia de otros sistemas de producción y reasignó el uso de reservas técnicas. El equipo creó el incentivo de reducir el consumo de agua de las familias en más de un 20% y así lograr un descuento del 30% en su factura mensual. Aquellos que aumentaron el consumo en 20% tuvieron un cobro de un 40% adicional. Para ello se realizaron agresivas campañas de comunicación, capacitación, negociaciones con clientes privados y trabajo con comunidades.

Asimismo, gracias al Fondo de Agua de Sao Paulo, creado en 2013, fue posible aprovechar los recursos públicos y privados, invirtiendo en proyectos de conservación y una plataforma digital que mapea y registra las cuencas hidrográficas.

Más impactos en el mundo

La sequía de 2016 en Bolivia afectó la vida de los ciudadanos de diversas zonas urbanas y rurales tales como Potosí, Oruro, La Paz y Cochabamba, decretándose emergencia nacional en ese país a través de un decreto supremo. Este evento llevó a la implementación acelerada de programas y proyectos de gestión del agua, estableciéndose un centro de operaciones especiales, controlado por el ejército. Su gestión de crisis incluyó el balance de oferta y demanda, la implementación de un plan de respuesta, la confianza en las alertas tempranas y la mejora en la eficiencia de la distribución.

Australia vivió su peor sequía entre 1997 y 2012, caracterizada por los ecosistemas fluviales severamente afectados y temperaturas históricamente altas en Victoria y la cuenca Murray-Darling. Este país emprendió un Plan Nacional para la Seguridad del Agua, que condujo a la aprobación de una ley, el uso de nuevos fondos disponibles, la publicación del Plan Cuenca y la creación del Grupo de CEOs del Agua. A esto se sumaron innovaciones en eficiencia hídrica y las inversiones masivas en la construcción de seis plantas desalinizadoras.

Entre las medidas exitosas destacó el WaterFix, donde los gasfíteres autorizados realizaron auditorías para reparar fugas e instalar dispositivos de eficiencia, inodoros de doble descarga, cabezales de duchas y aireadores de grifería. Los gastos fueron reembolsados por las empresas de agua durante un período de cuatro meses. El programa de las lavadoras fue altamente popular, porque ayudó a reemplazar artefactos viejos por máquinas eficientes.

En California, EEUU, sus habitantes han vivido una serie de sequías, siendo la más larga la de 1987 a 1992. Como resultado, los elementos fundamentales de la planificación y gestión urbana fueron las transferencias de agua, la conservación y el reciclaje. En la sequía de 2015 el gobernador Jerry Brown proclamó estado de emergencia e instó a una reducción voluntaria, que no se cumplió. Finalmente se anunció una reducción obligatoria a nivel estatal en el uso urbano del agua, reduciéndose a la mitad en zonas urbanas y hasta el 80% en áreas cálidas y secas del interior.

En la actualidad, este estado líder en estándares de eficiencia en el uso del agua adoptó nuevas tecnologías de riego para sus cultivos, impulsó políticas para el reciclaje del recurso y desarrolló programas de gestión de la demanda a largo plazo. Además, la Junta Estatal del Agua tomó una serie de medidas para abordar la severidad en el suministro.

“Día cero”

Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, una ciudad de cuatro millones de personas y que recibe a dos millones de turistas cada año, sufre una muy grave sequía desde 2015. En febrero de este año la restricción se ajustó a 50 litros diarios por persona, con multas, prohibición de uso de agua potable en jardinería, llenado de piscinas o lavado de autos. Los agricultores debieron reducir su consumo a casi la mitad. Además, se planificaron siete programas y planes de desalinización. Esta ciudad corre el riesgo de ser la primera del mundo en quedarse sin agua.

Pero el “día cero” puede llegar a cualquier lugar del mundo, de modo que la gestión del recurso hídrico es un tema de relevancia y urgencia. “Las sequías son importantes agentes de cambio para la gestión urbana del suministro de agua y la demanda. Estas cinco sequías han dejado huella en la gestión y las políticas de los recursos hídricos, en particular respecto del crecimiento de la población y el desarrollo económico”, concluye el estudio.

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Fuente: Diario Financiero, Jueves 27 de septiembre de 2018

DIARIO FINANCIERO – Uno de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) más importantes tiene que ver con la disponibilidad y calidad hídrica. La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, una cifra que crecerá con el aumento de la temperatura global producto del cambio climático. Más de 40 países experimentan hoy estrés hídrico y 10 de ellos están a punto de agotar su suministro de agua dulce renovable, dependiendo de fuentes alternativas. El aumento de las sequías y la desertificación están empeorando estas tendencias. Las estimaciones apuntan a que una de cada cuatro personas se verá afectada por escasez recurrente de agua al 2050.

Chile también enfrenta un estrés hídrico importante para su desarrollo desde Arica a la Araucanía porque este año 2018 ha sido el invierno con menos lluvias en los últimos 20 años. Las praderas naturales de Talca y Curicó no permiten tener el alimento adecuado para los animales, y las regiones del Maule, Valparaíso y O’Higgins se encuentran en una situación crítica, con un crecimiento sostenido del abastecimiento de agua potable con camiones aljibe. Por su parte, La Ligua, Petorca y Cabildo, zona de paltas de exportación, continúan con un grave problema hídrico arrastrado por más de ocho años consecutivos.

Preparar para tiempos de sequía

Ante una situación compleja del uso del recurso es necesario tomar las medidas adecuadas, puesto que muy probablemente las tendencias de las precipitaciones irán a la baja. El desafío de la variabilidad climática en Chile requiere medidas revolucionarias en la gestión de los recursos hídricos para mitigar los efectos de la sequía en el territorio nacional.

Una opción es aprender de las cinco experiencias abordadas por el BID en su estudio “El agua en tiempos de sequía: lecciones en el mundo”, que parte analizando a Sao Paulo, Brasil, la ciudad más grande de Sudamérica, con 20 millones de habitantes y cuya falta de lluvias causó en 2014 la peor sequía en más de 80 años. Incluso, el sistema de embalses de Cantareira está suministrando hoy menos de la mitad del agua que proporcionaba antes de la sequía.

Entre las primeras acciones destacó la creación de un grupo de gestión, que impulsó la transferencia de otros sistemas de producción y reasignó el uso de reservas técnicas. El equipo creó el incentivo de reducir el consumo de agua de las familias en más de un 20% y así lograr un descuento del 30% en su factura mensual. Aquellos que aumentaron el consumo en 20% tuvieron un cobro de un 40% adicional. Para ello se realizaron agresivas campañas de comunicación, capacitación, negociaciones con clientes privados y trabajo con comunidades.

Asimismo, gracias al Fondo de Agua de Sao Paulo, creado en 2013, fue posible aprovechar los recursos públicos y privados, invirtiendo en proyectos de conservación y una plataforma digital que mapea y registra las cuencas hidrográficas.

Más impactos en el mundo

La sequía de 2016 en Bolivia afectó la vida de los ciudadanos de diversas zonas urbanas y rurales tales como Potosí, Oruro, La Paz y Cochabamba, decretándose emergencia nacional en ese país a través de un decreto supremo. Este evento llevó a la implementación acelerada de programas y proyectos de gestión del agua, estableciéndose un centro de operaciones especiales, controlado por el ejército. Su gestión de crisis incluyó el balance de oferta y demanda, la implementación de un plan de respuesta, la confianza en las alertas tempranas y la mejora en la eficiencia de la distribución.

Australia vivió su peor sequía entre 1997 y 2012, caracterizada por los ecosistemas fluviales severamente afectados y temperaturas históricamente altas en Victoria y la cuenca Murray-Darling. Este país emprendió un Plan Nacional para la Seguridad del Agua, que condujo a la aprobación de una ley, el uso de nuevos fondos disponibles, la publicación del Plan Cuenca y la creación del Grupo de CEOs del Agua. A esto se sumaron innovaciones en eficiencia hídrica y las inversiones masivas en la construcción de seis plantas desalinizadoras.

Entre las medidas exitosas destacó el WaterFix, donde los gasfíteres autorizados realizaron auditorías para reparar fugas e instalar dispositivos de eficiencia, inodoros de doble descarga, cabezales de duchas y aireadores de grifería. Los gastos fueron reembolsados por las empresas de agua durante un período de cuatro meses. El programa de las lavadoras fue altamente popular, porque ayudó a reemplazar artefactos viejos por máquinas eficientes.

En California, EEUU, sus habitantes han vivido una serie de sequías, siendo la más larga la de 1987 a 1992. Como resultado, los elementos fundamentales de la planificación y gestión urbana fueron las transferencias de agua, la conservación y el reciclaje. En la sequía de 2015 el gobernador Jerry Brown proclamó estado de emergencia e instó a una reducción voluntaria, que no se cumplió. Finalmente se anunció una reducción obligatoria a nivel estatal en el uso urbano del agua, reduciéndose a la mitad en zonas urbanas y hasta el 80% en áreas cálidas y secas del interior.

En la actualidad, este estado líder en estándares de eficiencia en el uso del agua adoptó nuevas tecnologías de riego para sus cultivos, impulsó políticas para el reciclaje del recurso y desarrolló programas de gestión de la demanda a largo plazo. Además, la Junta Estatal del Agua tomó una serie de medidas para abordar la severidad en el suministro.

“Día cero”

Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, una ciudad de cuatro millones de personas y que recibe a dos millones de turistas cada año, sufre una muy grave sequía desde 2015. En febrero de este año la restricción se ajustó a 50 litros diarios por persona, con multas, prohibición de uso de agua potable en jardinería, llenado de piscinas o lavado de autos. Los agricultores debieron reducir su consumo a casi la mitad. Además, se planificaron siete programas y planes de desalinización. Esta ciudad corre el riesgo de ser la primera del mundo en quedarse sin agua.

Pero el “día cero” puede llegar a cualquier lugar del mundo, de modo que la gestión del recurso hídrico es un tema de relevancia y urgencia. “Las sequías son importantes agentes de cambio para la gestión urbana del suministro de agua y la demanda. Estas cinco sequías han dejado huella en la gestión y las políticas de los recursos hídricos, en particular respecto del crecimiento de la población y el desarrollo económico”, concluye el estudio.

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Fuente: Diario Financiero, Jueves 27 de septiembre de 2018

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