EL MERCURIO – A mediados de 2008, hace justo una década, el severo riesgo de colapso y desplome de la estructura que soporta la avenida Argentina -principal vía de acceso a Valparaíso, que fue construida sobre el lecho del ex estero Las Delicias- obligó a apuntalar con alzaprimas (soportes) y vigas de madera las paredes internas del mayor colector de aguas lluvia del puerto.
En 2013 se dio inicio a la primera etapa de un proyecto de reconstrucción y reforzamiento de la estructura subterránea, que comenzó con el tramo correspondiente a la descarga del colector al mar, en el sector de Barón. Luego siguió con una segunda sección, a zanja abierta, y se avanzó posteriormente bajo tierra en dirección al acceso de la bajada Santos Ossa.
Este último tramo, donde se utiliza la técnica del tunnel linner -construcción de arcos de acero que se rellenan con cemento- fue inspeccionado por el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, quien informó que los trabajos iniciados hace cinco años culminarán en marzo próximo. Las obras, que requirieron una inversión de US$ 35,8 millones, mejorarán la capacidad de evacuación de aguas lluvia, ya que se diseñó para desplazar 73 m {+3} por segundo y anteriormente solo alcanzaba al 50% de ese volumen.
La cuenca de la avenida Argentina recibe las aguas lluvia de la mayor cantidad de los cerros de Valparaíso y de las que bajan por Santos Ossa. En conjunto, entregan al gran colector las precipitaciones de 20 kilómetros cuadrados.
Los tres tramos de construcción y reforzamiento del colector suman una longitud de 1.415 metros.
Palacios calificó los trabajos como “una verdadera obra mayor en la ciudad” y destacó que, gracias a esta inversión, no solo se mejora la capacidad hidráulica de la estructura subterránea, sino también se otorga seguridad a los usuarios de la avenida Argentina, peatones, vehículos y a la tradicional feria que se instala en su superficie.
Hasta 2007, la estructura soportó el constante tránsito de camiones de carga -que actualmente usan el camino La Pólvora- lo que influyó en su deterioro.
Fuente: El Mercurio, Sábado 22 de septiembre de 2018