EL MERCURIO – La planta, única en América Latina, permitirá alimentar una ciudad como Antofagasta en forma permanente. Se trata de un tipo de tecnología que pavimenta el camino para transformar al sol en la principal fuente de la electricidad del país.
En medio del desierto de Atacama, al noroeste de Sierra Gorda, se levanta la segunda estructura más alta de Chile después del Costanera Center. Se trata de la torre receptora de la futura central termosolar Cerro Dominador, que será la mayor de su tipo en Chile y Latinoamérica.
A diferencia de las centrales fotovoltaicas convencionales, que solo funcionan cuando hay luz solar, Cerro Dominador cuenta con una tecnología que le permite operar en forma continua durante las 24 horas del día.
Hoy solo 43% de la matriz de generación eléctrica proviene de fuentes renovables, pero un estudio de Generadoras Chile, asociación que agrupa a las principales empresas productoras de electricidad, proyecta que para 2030 el 75% de la generación tendrá ese origen.
“Chile está viviendo una transición energética en materia de generación de energía eléctrica que resulta ejemplar a nivel mundial”, destaca el ingeniero Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras.
Actor protagónico de este cambio es la energía solar. Si bien hoy solo 5% de la electricidad que se produce tiene ese origen, la proyección es que para fines de la próxima década ascienda a 30%. “Pasará a ser la principal fuente de energía de Chile”, asegura Seebach.
Cerro Dominador, que opera la firma estadounidense EIG Global, es la punta de lanza en ese aspecto. “Es un ícono en la transición a las energías renovables porque tiene un tamaño relevante y además permitirá generar energía para alimentar una ciudad como Antofagasta en forma permanente”, explica.
La construcción de la planta, a cargo de las empresas Abengoa y Acciona, está prevista que finalice en diciembre del año próximo. Actualmente, las obras llevan un 20% de avance.
Entre los elementos clave que quedan por construir está la planta generadora eléctrica, que estará al centro del complejo, el que además incluye la instalación de casi 11 mil espejos (heliostatos) que reflejarán la radiación solar a la estructura principal en un entorno de 360 grados.
“La parte más difícil tecnológicamente es instalar en el centro de la torre un receptor que recibirá todos los rayos solares”, explica Seebach.
El presidente ejecutivo de Generadoras resalta que la gracia de este tipo de desarrollos es que también representan un aprendizaje, ya que una vez que se materialice la innovación ya habrá conocimiento para construir otras centrales semejantes.
De hecho, ya hay al menos dos proyectos de centrales termosolares en Iquique y en el interior de Calama.
Seebach asegura que si se ocupara solo 4% del desierto chileno para plantas solares, se obtendría un millón de megawatts de potencia. Como referencia, Chile completo consume 10 mil megawatts.
Fuente: El Mercurio, Domingo 26 de agosto de 2018