Lunes, Noviembre 25, 2024

Uso regional de los “fondos espejo”

EL MERCURIO DE VALPARAÍSO – El Gobierno anuncia la creación de un sistema especializado que intervenga en la destinación regional de los llamados “fondos espejo” del Transantiago. Estos fondos buscan equidad en la asignación de los cuantiosos recursos que anualmente se destinan para financiar el transporte público de la capital.

Es una medida de justicia regionalizadora para mejorar el transporte público en regiones mediante la entrega de una cantidad similar a la que se invierte en el cuestionado Transantiago.

Este año esos recursos llegan a US$ 858 millones, importante suma que exige eficiencia y transparencias en su empleo. Un tercio de esa cantidad es administrada por el Ministerio de Transportes y dos tercios pasan al Fondo de Apoyo Regional (FAR) administrado por los Gobiernos Regionales de acuerdo a proyectos que conocen los respectivos Consejos. Pero a veces esos recursos no son consignados al transporte público, como es el espíritu de la ley de 2009 que creó el mecanismo, sino que se emplean en salud o educación.

Hay que suponer que el desvío a esos recursos cubre necesidades de esos sectores, pero puede quedar pendiente la solución a materias de movilización que inciden en la calidad de vida de las personas.

La ministra de Transportes Gloria Hutt plantea que se busca ahora establecer un encargado ministerial que promueva iniciativas relacionadas a la movilidad para las regiones y agrega que “el rol planificador en los sistemas de transporte es fundamental”. Indica que la nueva modalidad busca que “el trabajo conjunto entre las instituciones que planifican y otras que ejecutan obras, genere sinergias positivas y un círculo virtuoso de una ejecución potente y una planificación pensada en el uso eficiente de los recursos”.

Tras ese uso eficiente en regiones como Valparaíso ya operan mesas técnicas organizadas por Planificación y Desarrollo del Ministerio con coordinadores locales. Participan allí Vivienda, Desarrollo Social, Obras Públicas y el Gobierno Regional. Esta instancia analiza la cartera de iniciativas y formula recomendaciones para el uso de los FAR.

Ante esta orgánica Cristián Balmaceda, presidente de la Asociación de Municipios Rurales, postula que también deben participar las municipalidades “ya que somos quienes conocemos la realidad y las necesidades”. Es cierto, pues esas entidades están en terreno y enfrentan las demandas vecinales.

La cuantía de los recursos justificaría una mirada ministerial orientadora, pero se debe evitar que esa instancia sea una herramienta más del centralismo y desvirtúe el espíritu de equidad territorial que inspira la destinación e inversión de los “fondos espejo” del Transantiago.

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Fuente: El Mercurio de Valparaíso, Lunes 20 de agosto de 2018

EL MERCURIO DE VALPARAÍSO – El Gobierno anuncia la creación de un sistema especializado que intervenga en la destinación regional de los llamados “fondos espejo” del Transantiago. Estos fondos buscan equidad en la asignación de los cuantiosos recursos que anualmente se destinan para financiar el transporte público de la capital.

Es una medida de justicia regionalizadora para mejorar el transporte público en regiones mediante la entrega de una cantidad similar a la que se invierte en el cuestionado Transantiago.

Este año esos recursos llegan a US$ 858 millones, importante suma que exige eficiencia y transparencias en su empleo. Un tercio de esa cantidad es administrada por el Ministerio de Transportes y dos tercios pasan al Fondo de Apoyo Regional (FAR) administrado por los Gobiernos Regionales de acuerdo a proyectos que conocen los respectivos Consejos. Pero a veces esos recursos no son consignados al transporte público, como es el espíritu de la ley de 2009 que creó el mecanismo, sino que se emplean en salud o educación.

Hay que suponer que el desvío a esos recursos cubre necesidades de esos sectores, pero puede quedar pendiente la solución a materias de movilización que inciden en la calidad de vida de las personas.

La ministra de Transportes Gloria Hutt plantea que se busca ahora establecer un encargado ministerial que promueva iniciativas relacionadas a la movilidad para las regiones y agrega que “el rol planificador en los sistemas de transporte es fundamental”. Indica que la nueva modalidad busca que “el trabajo conjunto entre las instituciones que planifican y otras que ejecutan obras, genere sinergias positivas y un círculo virtuoso de una ejecución potente y una planificación pensada en el uso eficiente de los recursos”.

Tras ese uso eficiente en regiones como Valparaíso ya operan mesas técnicas organizadas por Planificación y Desarrollo del Ministerio con coordinadores locales. Participan allí Vivienda, Desarrollo Social, Obras Públicas y el Gobierno Regional. Esta instancia analiza la cartera de iniciativas y formula recomendaciones para el uso de los FAR.

Ante esta orgánica Cristián Balmaceda, presidente de la Asociación de Municipios Rurales, postula que también deben participar las municipalidades “ya que somos quienes conocemos la realidad y las necesidades”. Es cierto, pues esas entidades están en terreno y enfrentan las demandas vecinales.

La cuantía de los recursos justificaría una mirada ministerial orientadora, pero se debe evitar que esa instancia sea una herramienta más del centralismo y desvirtúe el espíritu de equidad territorial que inspira la destinación e inversión de los “fondos espejo” del Transantiago.

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Fuente: El Mercurio de Valparaíso, Lunes 20 de agosto de 2018

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