EL MERCURIO – El experto sostiene que el parque automotor seguirá aumentando, por lo que se debe avanzar en la construcción de nuevas autopistas concesionadas. “Las ciclovías no van a resolver nunca el problema de la congestión”, señala.
Para el arquitecto chileno Marcial Echenique, los principales desafíos de la urbe de Santiago se centran en el área de transportes. “Es la movilidad la que genera el problema, y no al revés”, puntualiza, en entrevista con “El Mercurio”.
Profesor emérito de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) y ex decano de la Escuela de Arquitectura del mismo plantel, Echenique asegura que los proyectos de planificación territorial chilenos no logran aunar las medidas que impulsa el gobierno central con las que desarrollan los municipios.
-¿Cuál es su diagnóstico sobre la planificación urbana del área metropolitana de Santiago?
-Hay muchos esfuerzos sectoriales, pero no hay suficiente integración en la planificación territorial. Por ejemplo, hay un plan de transporte para el Santiago de los años 2020 a 2025, que no tiene mucho asidero en la planificación del plan regulador intercomunal. Ahí hay un problema institucional bastante serio de coordinación de los proyectos e iniciativas.
El doctor en Urbanismo de la U. de Barcelona, con un posdoctorado en Transportes y Economía de la U. de Cambridge, considera dentro de sus propuestas la construcción de corredores de transporte público -centrados en el Metro y ferrocarriles- que conecten el centro de la ciudad con los lugares más periféricos.
-La sensación es que el centro ya es una zona colapsada. ¿Esos corredores no lo colapsarían aún más?
-El centro de Santiago se ha densificado mucho. Hay una “súper densificación”, y la gente, aunque tenga acceso al transporte público, va a adquirir un auto, porque para muchos de los viajes el transporte público no es suficiente y nunca lo va a ser”.
El crecimiento del parque automotor es algo que el arquitecto prevé, y que continuará con los años. “Hay que tener en cuenta que Santiago tiene una baja tasa de motorización”, advierte. “En este momento tiene alrededor de 250 autos por cada mil habitantes. Lo que corresponde a su nivel de ingreso, son 500 autos por cada mil habitantes”, agrega. Es decir, un auto cada dos personas.
-Pero gran parte de las políticas apuntan a una disminución del uso del automóvil…
-El transporte público no representa más del 30% de los viajes. Y hay que recordar que las ciclovías no representan más del 2% de los kilómetros que se viajan dentro de Santiago: solo han subido del 1% al 2%. Es algo absolutamente insignificante respecto de la demanda de transporte, no van a resolver nunca el problema de la congestión.
-¿Hacia dónde deben apuntar entonces las políticas de transporte?
-Hay que pensar que los autos van a seguir ahí, y aumentando. Hay que generar más autopistas concesionadas y buscar nuevas autopistas urbanas.
Dentro de las opciones que propone, están la tarificación vial en ciertos sectores de la ciudad (el cobro por ingreso en auto a zonas de alto tráfico) y la promoción de nuevos centros de empleo en las afueras de Santiago, como por ejemplo, los ejes de Batuco o Lampa.
Cambio administrativo
Según Echenique, es necesario cambiar la mirada con la que se enfrentan los obstáculos en materia urbana. “La planificación es un problema territorial, no sectorial”, dice.
-¿Cómo se puede hacer “conversar” una planificación territorial con el rol de los municipios? Muchas veces se critica que el Plan de Desarrollo Comunal (Pladeco) de cada comuna contribuye a esta visión segregada…
-Eso es correcto. Las comunas tienen una capacidad centralizada de hacer sus planes territoriales, además de tener su propio financiamiento. Pero estos planes tienen que estar bajo la supervisión de un ente mayor.
En esa línea, el experto plantea que se debe dotar de más atribuciones a las intendencias regionales y que, incluso, las secretarías regionales deberían estar subordinadas a ellas.
“Creo que hay un problema institucional grande, en cuanto a poder transmitir la fuente de financiamiento y la parte legal a los intendentes, de modo que ellos puedan planificar integradamente”, señala. “Lo que falta mucho en estos momentos es la planificación regional. Ahí está el problema”.
Respecto de las políticas de densificación habitacional, el arquitecto es crítico de la labor del Estado. “Ahí ha habido un problema grave desde 1994, cuando se planteó un plan metropolitano con fuerte disposición a aumentar la densidad”, dice. “Lo único que eso provocó fue aumentar el valor del suelo”.
-¿Es posible seguir pensando en una vida de barrio en el Santiago de los próximos 10 años?
-La respuesta de las inmobiliarias al aumento del valor del suelo ha sido construir en altura y, con eso, han ido destruyendo los barrios tradicionales. Hoy por hoy, esos ya no son barrios de vida comunitaria, sino centros habitacionales de mucha altura, con muy mala calidad de vida y mucha congestión.
Para Echeñique, el futuro está en las mejoras viales que se puedan implementar dentro de Santiago, que tienen que ir de la mano con planes de descontaminación. “La contaminación por el transporte debería eliminarse total y absolutamente”, dice. “Es necesaria la introducción de vehículos híbridos y eléctricos, tanto para transporte público como para transporte privado”, puntualiza.
Fuente: El Mercurio, Domingo 12 de agosto de 2018