EL MERCURIO – A la espera de que el Ministerio Público concrete un peritaje especializado por la caída del puente Cancura está el Ministerio de Obras Públicas (MOP) para iniciar la instalación de un mecano que reemplace a la estructura que se desplomó hace 17 días, y que dejó una víctima fatal.
La construcción de un viaducto definitivo podría demorar unos seis años, “en un escenario optimista”, dice el director regional de Vialidad del MOP, Enzo Dellarrosa, respecto de los plazos que maneja el organismo.
Dellarrosa asegura que están afinando los últimos detalles del diseño de las cepas sobre las cuales se armará el mecano, el que se instalaría entre la pasarela ubicada en el lugar y lo que quedó del viejo puente.
Esta fase podría estar lista en tres meses y luego se podría iniciar el trabajo de montaje, “Tres meses, porque implica la construcción de un pilote central y porque va a tener dos vías”, dice el intendente Harry jürgensen.
“Estamos esperando que nos dé una audiencia el fiscal para ver si nos autoriza a empezar a trabajar”, explica Dellarrosa. Pero en la fiscalía aseguran que también han intentado reunirse con el MOP, sin éxito, mientras esperan contratar lo antes posible un peritaje que es vital en la investigación que busca aclarar las causas de la caída del puente, el que estaba en reparaciones, bajo la supervisión de Vialidad.
“Estamos hablando de un peritaje que incluye múltiples especialidades, con estándar de excelencia, siempre pensando que puede ser presentado como prueba en un juicio oral. Esperamos tener información concreta dentro de la semana”, afirma el nuevo fiscal de la causa, Naín Lamas Caamaño.
El persecutor se constituyó el pasado viernes luego de ser designado para investigar el accidente, que ocurrió a unos 27 km al sureste de Osorno.
En el sector, los vecinos están preocupado por la caída de parte de la estructura del destruido puente entre Osorno y Puerto Octay, que había quedado apoyada en la ribera sur y que se desprendió.
“Está actuando como un espigón”, que ejerce presión al río hacia la otra ribera, por lo que “hay que sacarla rápidamente”, explica Dellarrosa.
A los lugareños también les preocupa la presión que está recibiendo la pasarela del lugar, que el domingo volvió a ser atractivo turístico, y en la que “alguien”, no saben quién, instaló gruesos parches (tablones) para reparar la antigua estructura.
Fuente: El Mercurio, Martes 10 de julio de 2018
