EL MERCURIO – Se realizarán estudios para definir el mejor trazado, sus condiciones técnicas y el modelo de negocios para la explotación de la fibra óptica submarina. Esto convertiría al país en un actor importante en la región.
“La fibra óptica tiene tanta relevancia como la tuvo la construcción del ferrocarril en el siglo XIX . La capacidad de mover los datos rápida y eficientemente para tomar decisiones en tiempo real son esenciales en una economía basada en el conocimiento”, dice Eduardo Vera, gerente de innovación del Centro de Modelamiento Matemático y director de Asuntos Internacionales de la U. de Chile.
Con esto apoya las palabras del Presidente Piñera en su reciente cuenta pública, en la que señaló como una tarea el proyecto de un cable submarino para “unir no solamente a Chile, sino que también a nuestro continente, en forma eficiente, con el mundo del Asia Pacífico”.
Se trata de una idea que lleva tiempo rondando entre las autoridades. En 2017, el entonces subsecretario de Telecomunicaciones Pedro Ramírez recibió un estudio de prefactibilidad realizado por Huawei, que trazaba tres rutas para este cable con destino a Shanghai. La actual subsecretaria, Pamela Gidi, también tiene en carpeta un estudio que conectaría Valparaíso con Tokio (ver infografía).
“Se trata de una inversión de largo aliento, ya que la ‘vida’ de estos cables es cercana a los 25 años”, explica Gidi. Por eso es importante realizar estudios previos, para así determinar el mejor trazado, qué país es el más indicado como destino y su modelo de negocios y financiamiento.
Para la subsecretaria, este enlace digital con Asia Pacífico no solo tiene importancia económica, sino que también geopolítica. “Es el único cable que conectaría a la región con Asia y daría a los países del Atlántico una salida digital por el Pacífico”, dice.
Esto nos daría también un enlace adicional para conectarnos con el mundo. Según Hugo Durney, director del Centro de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la U. Tecnológica Metropolitana, actualmente la mayoría de la información que fluye desde Sudamérica al resto del mundo lo hace por “carreteras de datos” que confluyen en nodos concentradores ubicados en Norteamérica, los que pertenecen a un grupo limitado de empresas. “Esto conlleva condicionamientos comerciales, técnicos y de otra índole para nuestros países… Al disponer de alternativas competitivas, se introduce equilibrio en los ecosistemas comerciales”, dice.
En busca de alianzas
“Estamos en la etapa de análisis y tenemos el interés de dos organismos internacionales para financiar un estudio de factibilidad técnica y económica”. Estas dos entidades son el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Hasta ahora, se habla de que los costos de un proyecto así fluctuarían entre US$ 500 y US$ 600 millones. “Pero estos son calculados de forma simple, tomando el costo de kilómetro de fibra en cada una de las rutas”, dice Gidi, por lo que podrían ser mayores.
Para decidir el mejor trazado es necesario evaluar varios factores. “Hay que identificar los mercados y los lugares -sean de interés económico o geopolítico- que se deseen incluir, para luego proceder con el estudio submarino que permita delimitar la mejor ruta desde el punto de vista técnico”, dice Ernesto Curci, vicepresidente de Administración de Servicios y Eedes en CenturyLink, empresa que actualmente enlaza al país desde Valparaíso.
Chile ya está en conversaciones con naciones vecinas. “Al ser una inversión de envergadura mayor, estas se realizan formando alianzas público-privadas. Lo que queremos es involucrar a los países de la región para formar un consorcio”, dice la subsecretaria Gidi.
Si bien la construcción de esta “carretera digital” no se concretaría en este gobierno, una de las metas es tener conformado el consorcio antes del fin del período.
La autoridad es cauta al elegir un trazado ideal, pero cree que se abre una oportunidad para que el elegido sirva para conectar a Isla de Pascua y Juan Fernández. “Hay subsidios importantes del Gobierno para la conectividad satelital de esas zonas, que hasta ahora se conectan vía satélite”, dice Gidi.
Fuente: El Mercurio, Jueves 21 de junio de 2018