EL MERCURIO – Una serie de proyectos emblemáticos marcarán hitos importantes durante este año en diversas regiones de Chile. Costaneras, hospitales e infraestructura turística, concesiones aeroportuarias y de autopistas, ampliación de mineras, nuevas centrales hidroeléctricas, hoteles, malls , son solo algunos ejemplos de ellos.
Los montos de inversión varían por región, dependiendo de la industria, pero todos dan cuenta de un dinamismo de las regiones.
Así, por ejemplo, en el sector minero uno de los proyectos más relevantes es el proyecto de minera Los Pelambres que la semana pasada logró el voto favorable del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) e implica una inversión aproximada de US$ 1.100 millones. Sin embargo, las buenas perspectivas en el precio del cobre, así como la mejora en las expectativas empresariales debieran traducirse en nuevos anuncios de inversión en esta área.
Existen otros proyectos que si bien no son tan cuantiosos, tienen un gran impacto local. Así, por ejemplo, en Arica y Parinacota el embalse de Chironta optimizará el riego de 2 mil hectáreas y beneficiará a más de 800 predios, la remodelación de la costanera de Valdivia impactará positivamente el turismo, y la planta desalinizadora en Copiapó significará una mejora en la calidad de vida de esa ciudad.
En cuanto a inversión público-privada, destacan las concesiones aeroportuarias en Iquique y en Puerto Montt, así como la nueva autopista del Loa en Calama y el inicio de la construcción del puente Chacao. De igual forma, la construcción del nuevo complejo Los Libertadores y la esperada expansión del terminal 2 del puerto de Valparaíso son obras relevantes de desarrollo en infraestructura.
En materia energética destaca el proyecto de Engie en Mejillones, así como la etapa final de puesta en marcha de la central hidroeléctrica en San Clemente por parte de Colbún.
En términos generales, un gran desafío del nuevo gobierno es generar un mayor dinamismo en todo el país, como consecuencia del énfasis en el crecimiento económico que se espera de la futura administración. Evidentemente, mucha de la inversión se genera en forma espontánea, en la medida que los privados perciban buenas perspectivas futuras y encuentren ámbitos de negocio interesantes; sin embargo, existe la posibilidad de estimular ese proceso con medidas como la racionalización de los trámites ambientales y de construcción. Al mismo tiempo, un nuevo programa de concesiones debiera tener un foco central en las regiones del país.
En cualquier caso, las transferencias desde el nivel central a regiones siempre serán necesarias como un mecanismo de igualación territorial. Respecto de este desembolso directo que hace el Estado -tal como se ha alertado-, este debiera mejorar su fórmula de asignación, logrando idealmente un mecanismo basado en indicadores objetivos de necesidad de gasto. De no mediar dicha condición, la experiencia indica que la presión de las autoridades locales termina generando asignaciones en base a criterios políticos que no siempre coinciden con los intereses del país.
Se debe mejorar la fórmula de asignación directa de recursos del Estado a las regiones, en base a un mecanismo con indicadores objetivos de necesidad de gasto.
Fuente: El Mercurio, Jueves 22 de Febrero de 2018