Viernes, Diciembre 27, 2024

6 visiones de cómo la inteligencia artificial impactará en el futuro de las ciudades

PLATAFORMA ARQUITECTURA – En su libro “Life 3.0“, el profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Max Tegmark, dice que “a medida que avanzamos en la era de la Inteligencia Artificial, cada uno de nosotros será un poco más responsable del futuro de la vida en el planeta”. La inteligencia artificial sigue siendo como una caja de pandora, puede mejorar la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad de las ciudades, pero también puede convertirse en una amenaza, destruyendo el potencial para que los humanos trabajen, interactúen y vivan una vida privada. La cuestión de cómo la inteligencia artificial impactará en el futuro de las ciudades también ha capturado la imaginación de arquitectos y diseñadores, y formó una pregunta central para la 2019 Bi-City Shenzhen Bienal de Urbanismo\Arquitectura, el evento de arquitectura más visitado del mundo.
Como parte de la sección “Ojos de la ciudad” de la Bienal, curada por Carlo Ratti, se pidió a los diseñadores que presentaran sus visiones y preocupaciones sobre cómo la inteligencia artificial afectará el futuro de la arquitectura. A continuación, seleccionamos seis de estas propuestas presentadas en la última Bienal de Urbanismo/Arquitectura de Shenzhen, en donde los diseñadores reflexionan sobre aspectos desde la ecología y el medio ambiente hasta el aislamiento social. Para tener más información sobre inteligencia artificial y la Bienal de Shenzhen, vea nuestra entrevista con Carlo Ratti y Winy Maas sobre el tema, o visite nuestra página sobre la Bienal de Shenzhen aquí.
Eyes of the City: Seeing and Designing Beyond the Human / Jeanne Gang

Con el avance en las tecnologías de inteligencia artificial y su incorporación a los espacios de la vida cotidiana, tenemos la impresión de que todo lo que sucede en una ciudad puede traducirse en datos, como si nuestra existencia estuviera siendo monitoreada por completo, nuestras ciudades están mapeadas y nuestro comportamiento predicho.
Pero, ¿qué sucede cuando utilizamos nuestra atención y tecnologías en los seres no humanos con quienes compartimos nuestros entornos urbanos? ¿Cómo puede expandirse nuestra noción de vida urbana y las posibilidades de diseñar para ella cuando utilizamos la tecnología para visualizar más que solo la relación entre humanos y estructuras hechas por el hombre?
Todavía queda mucho por descubrir sobre nuestros entornos urbanos en evolución. A medida que se desarrollan, prueban y aplican nuevas tecnologías, es fundamental preguntarnos cómo pueden ayudarnos a ver la ciudad y nuestra disciplina de manera diferente. ¿Pueden la arquitectura y el urbanismo convertirse en una práctica colaborativa de varias especies? El primer paso es abrir nuestros ojos y comenzar a mirar más de cerca el mundo que nos rodea.
Seoul City Machine / Liam Young

Durante toda su historia, las máquinas que nos rodean han permanecido en silencio bajo nuestras órdenes, pero cuando la ciudad adquiere la capacidad de vernos, escucharnos y respondernos, ¿qué podría constituir una interacción recíproca significativa? ¿Es posible tener un diálogo productivo con una grúa de envío autónoma cargando contenedores en el casco de un barco en un megapuerto chino? Las IA orientadas al consumidor como Alexa de Amazon, Cortana de Microsoft, Asistente de Google o Siri de Apple repiten sesgos y formas de interacción que son un legado de las relaciones entre humanos. Si le preguntamos a Cortana, la asistente digital personal de Microsoft, si es mujer, responderá: “Bueno, técnicamente soy una nube de cómputo de datos infinitesimal”. Su respuesta nos hace cuestionarnos la definición misma de su existencia. Deborah Harrison, la voz detrás de Cortana, usa el pronombre “ella” cuando se refiere a esta herramienta virtual, pero también es explícita al afirmar que esto no significa que sea mujer, que sea humana o que podamos usar una definición de género. “Tenemos muy claro que Cortana no es una persona, a pesar de que usamos una designación de género específica cuando nos referimos a ella”, explica Harrison. “Sentimos que el uso del pronombre neutro (en inglés it) iba a transmitir algo impersonal y, aunque no queríamos que Cortana fuera considerada humana, tampoco queremos que ella sea impersonal o que no se sienta familiar”.
The Urban (Un) Seen “Artificial Intelligence as Future Space” / Bettina Zerza

La inteligencia artificial y su incorporación a la esfera de la vida cotidiana en entornos urbanos está transformando la forma en que nos relacionamos con el espacio construido. Los microsensores y los dispositivos electrónicos inteligentes de mano pueden recopilar grandes cantidades de información. Los sensores móviles, denominados “tecnología urbana”, permiten a los automóviles, autobuses, bicicletas e incluso a los ciudadanos recopilar información sobre la calidad del aire, la contaminación acústica y la infraestructura urbana en general. Por ejemplo, los niveles de ruido se pueden capturar, archivar y ser compartidos. Una herramienta como esta, cuando se comparte con los ciudadanos, puede facilitar la identificación de las principales fuentes de ruido en una ciudad o vecindario, permitiendo a los planificadores tomar mejores decisiones para mitigar las consecuencias de tales fenómenos. ¿Cómo cambiarán nuestras vidas intelectual, física y emocionalmente cuando estas herramientas lleguen a los entornos urbanos? ¿Cómo se cruza la tecnología con la sociedad?
Biocities beyond the Digitial / Vicente Guallart

Gracias al desarrollo del mundo digital, las ciudades pueden ser parte de la historia natural. Este es nuestro gran desafío para las próximas décadas. La revolución digital debería permitirnos promover un mundo avanzado, ecológico y humano. Ser digital nunca fue el objetivo, fue un medio para reinventar el mundo. ¿Pero qué clase de mundo?
En muchos casos, lo digital nos permite continuar haciendo todo lo que inventamos con la revolución industrial de una manera más eficiente. Es por eso que muchos de los problemas que surgieron con la vida industrial se han exacerbado con la introducción de nuevas tecnologías digitales. Nuestras ciudades siguen siendo máquinas que importan bienes y generan residuos. Importamos hidrocarburos extraídos del subsuelo de la tierra para fabricar plásticos o combustibles, lo que nos permite consumir o movernos de manera efectiva mientras contamina el medio ambiente. Las ciudades también son receptoras de los millones de contenedores llenos de productos que se mueven alrededor del mundo, y donde producimos desechos que generan montañas de basura.
Whose Eyes on the Street / Liu Jian

Podemos imaginar el día en que nuestras ciudades estarán llenas de sensores y dispositivos capaces de ver, escuchar y comunicarse con las personas. Se recopilarían y analizarían datos de todo tipo, lo que daría como resultado ciudades más eficientes y responsables. El espacio público sería más seguro, los flujos de tráfico se controlarían mejor para evitar cualquier embotellamiento o accidente, los servicios públicos se distribuirían de manera más uniforme para lograr mayor equidad social en nuestras ciudades y la ocupación de la tierra y la distribución de la infraestructura urbana serían más equilibradas. Las ciudades del futuro se convertirían en máquinas altamente eficientes. Pero, la ciudad no es una máquina, es un organismo compuesto en primer lugar por numerosos hombres que a menudo son diferentes entre sí, creando y dando forma a un entorno físico de manera colectiva. Antes de reflexionar sobre cómo serán las ciudades del futuro, primero debemos definir las reglas del juego, construir los instrumentos legales para regular el uso y la aplicación de tales tecnologías.
How Does Architectural Design Change When the City Becomes Equipped with the “Most Recent Advances in Artificial Intelligence”? / Alessandro Armando, Giovanni Durbiano

En su libro The Second Digital Turn, Mario Carpo ofrece una definición bastante esclarecedora de la diferencia entre la inteligencia artificial y la inteligencia “humana”. A través de su eslogan “buscar, no ordenar”, describe cómo la difusión de gmail causó un cambio de paradigma en la forma en que vemos las cosas:
Solíamos pensar que la clasificación de las cosas ahorraría tiempo. Y así fue; pero resulta que con la mejora de las herramientas de búsqueda (en este caso, la búsqueda de gmail), es mucho más fácil y rápido encontrar lo que estamos buscando. Por lo tanto, la organización sistemática de los datos como una herramienta que ahorra tiempo, en este caso, se ha vuelto completamente inútil. Del mismo modo, las computadoras aún no pueden responder preguntas existenciales, lo que las hace incapaces de resolver problemas que nosotros mismos debemos resolver. [Mario Carpo, The Second Digital Turn. Design Beyond Intelligence, MIT Press, Cambridge MA, 2017, p. 25.]
La inteligencia artificial es una “búsqueda” infinita basada en una solicitud finita: la máquina de Carpo, que anuncia el segundo giro digital (¿o revolución?), es capaz de encontrar una aguja en un pajar. Ya no hay necesidad de estantes, cajones o taxonomías para reducir los términos de búsqueda en conjuntos cada vez más coherentes (como fue el caso con la “clasificación”). La máquina encontrará la aguja donde sea que se encuentre, en el caos del espacio pseudoinfinito de la World Wide Web o, en un sentido más general, del “Big Data”. Lo hará en un instante. Y aquí radica su inteligencia: el buscar una aguja en un pajar pseudoinfinito es tan sencillo y rápido que parece irrelevante para la capacidad de una máquina.
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Fuente: Plataforma Arquitectura, Domingo 05 de Abril de 2020

PLATAFORMA ARQUITECTURA – En su libro “Life 3.0“, el profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Max Tegmark, dice que “a medida que avanzamos en la era de la Inteligencia Artificial, cada uno de nosotros será un poco más responsable del futuro de la vida en el planeta”. La inteligencia artificial sigue siendo como una caja de pandora, puede mejorar la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad de las ciudades, pero también puede convertirse en una amenaza, destruyendo el potencial para que los humanos trabajen, interactúen y vivan una vida privada. La cuestión de cómo la inteligencia artificial impactará en el futuro de las ciudades también ha capturado la imaginación de arquitectos y diseñadores, y formó una pregunta central para la 2019 Bi-City Shenzhen Bienal de Urbanismo\Arquitectura, el evento de arquitectura más visitado del mundo.
Como parte de la sección “Ojos de la ciudad” de la Bienal, curada por Carlo Ratti, se pidió a los diseñadores que presentaran sus visiones y preocupaciones sobre cómo la inteligencia artificial afectará el futuro de la arquitectura. A continuación, seleccionamos seis de estas propuestas presentadas en la última Bienal de Urbanismo/Arquitectura de Shenzhen, en donde los diseñadores reflexionan sobre aspectos desde la ecología y el medio ambiente hasta el aislamiento social. Para tener más información sobre inteligencia artificial y la Bienal de Shenzhen, vea nuestra entrevista con Carlo Ratti y Winy Maas sobre el tema, o visite nuestra página sobre la Bienal de Shenzhen aquí.
Eyes of the City: Seeing and Designing Beyond the Human / Jeanne Gang

Con el avance en las tecnologías de inteligencia artificial y su incorporación a los espacios de la vida cotidiana, tenemos la impresión de que todo lo que sucede en una ciudad puede traducirse en datos, como si nuestra existencia estuviera siendo monitoreada por completo, nuestras ciudades están mapeadas y nuestro comportamiento predicho.
Pero, ¿qué sucede cuando utilizamos nuestra atención y tecnologías en los seres no humanos con quienes compartimos nuestros entornos urbanos? ¿Cómo puede expandirse nuestra noción de vida urbana y las posibilidades de diseñar para ella cuando utilizamos la tecnología para visualizar más que solo la relación entre humanos y estructuras hechas por el hombre?
Todavía queda mucho por descubrir sobre nuestros entornos urbanos en evolución. A medida que se desarrollan, prueban y aplican nuevas tecnologías, es fundamental preguntarnos cómo pueden ayudarnos a ver la ciudad y nuestra disciplina de manera diferente. ¿Pueden la arquitectura y el urbanismo convertirse en una práctica colaborativa de varias especies? El primer paso es abrir nuestros ojos y comenzar a mirar más de cerca el mundo que nos rodea.
Seoul City Machine / Liam Young

Durante toda su historia, las máquinas que nos rodean han permanecido en silencio bajo nuestras órdenes, pero cuando la ciudad adquiere la capacidad de vernos, escucharnos y respondernos, ¿qué podría constituir una interacción recíproca significativa? ¿Es posible tener un diálogo productivo con una grúa de envío autónoma cargando contenedores en el casco de un barco en un megapuerto chino? Las IA orientadas al consumidor como Alexa de Amazon, Cortana de Microsoft, Asistente de Google o Siri de Apple repiten sesgos y formas de interacción que son un legado de las relaciones entre humanos. Si le preguntamos a Cortana, la asistente digital personal de Microsoft, si es mujer, responderá: “Bueno, técnicamente soy una nube de cómputo de datos infinitesimal”. Su respuesta nos hace cuestionarnos la definición misma de su existencia. Deborah Harrison, la voz detrás de Cortana, usa el pronombre “ella” cuando se refiere a esta herramienta virtual, pero también es explícita al afirmar que esto no significa que sea mujer, que sea humana o que podamos usar una definición de género. “Tenemos muy claro que Cortana no es una persona, a pesar de que usamos una designación de género específica cuando nos referimos a ella”, explica Harrison. “Sentimos que el uso del pronombre neutro (en inglés it) iba a transmitir algo impersonal y, aunque no queríamos que Cortana fuera considerada humana, tampoco queremos que ella sea impersonal o que no se sienta familiar”.
The Urban (Un) Seen “Artificial Intelligence as Future Space” / Bettina Zerza

La inteligencia artificial y su incorporación a la esfera de la vida cotidiana en entornos urbanos está transformando la forma en que nos relacionamos con el espacio construido. Los microsensores y los dispositivos electrónicos inteligentes de mano pueden recopilar grandes cantidades de información. Los sensores móviles, denominados “tecnología urbana”, permiten a los automóviles, autobuses, bicicletas e incluso a los ciudadanos recopilar información sobre la calidad del aire, la contaminación acústica y la infraestructura urbana en general. Por ejemplo, los niveles de ruido se pueden capturar, archivar y ser compartidos. Una herramienta como esta, cuando se comparte con los ciudadanos, puede facilitar la identificación de las principales fuentes de ruido en una ciudad o vecindario, permitiendo a los planificadores tomar mejores decisiones para mitigar las consecuencias de tales fenómenos. ¿Cómo cambiarán nuestras vidas intelectual, física y emocionalmente cuando estas herramientas lleguen a los entornos urbanos? ¿Cómo se cruza la tecnología con la sociedad?
Biocities beyond the Digitial / Vicente Guallart

Gracias al desarrollo del mundo digital, las ciudades pueden ser parte de la historia natural. Este es nuestro gran desafío para las próximas décadas. La revolución digital debería permitirnos promover un mundo avanzado, ecológico y humano. Ser digital nunca fue el objetivo, fue un medio para reinventar el mundo. ¿Pero qué clase de mundo?
En muchos casos, lo digital nos permite continuar haciendo todo lo que inventamos con la revolución industrial de una manera más eficiente. Es por eso que muchos de los problemas que surgieron con la vida industrial se han exacerbado con la introducción de nuevas tecnologías digitales. Nuestras ciudades siguen siendo máquinas que importan bienes y generan residuos. Importamos hidrocarburos extraídos del subsuelo de la tierra para fabricar plásticos o combustibles, lo que nos permite consumir o movernos de manera efectiva mientras contamina el medio ambiente. Las ciudades también son receptoras de los millones de contenedores llenos de productos que se mueven alrededor del mundo, y donde producimos desechos que generan montañas de basura.
Whose Eyes on the Street / Liu Jian

Podemos imaginar el día en que nuestras ciudades estarán llenas de sensores y dispositivos capaces de ver, escuchar y comunicarse con las personas. Se recopilarían y analizarían datos de todo tipo, lo que daría como resultado ciudades más eficientes y responsables. El espacio público sería más seguro, los flujos de tráfico se controlarían mejor para evitar cualquier embotellamiento o accidente, los servicios públicos se distribuirían de manera más uniforme para lograr mayor equidad social en nuestras ciudades y la ocupación de la tierra y la distribución de la infraestructura urbana serían más equilibradas. Las ciudades del futuro se convertirían en máquinas altamente eficientes. Pero, la ciudad no es una máquina, es un organismo compuesto en primer lugar por numerosos hombres que a menudo son diferentes entre sí, creando y dando forma a un entorno físico de manera colectiva. Antes de reflexionar sobre cómo serán las ciudades del futuro, primero debemos definir las reglas del juego, construir los instrumentos legales para regular el uso y la aplicación de tales tecnologías.
How Does Architectural Design Change When the City Becomes Equipped with the “Most Recent Advances in Artificial Intelligence”? / Alessandro Armando, Giovanni Durbiano

En su libro The Second Digital Turn, Mario Carpo ofrece una definición bastante esclarecedora de la diferencia entre la inteligencia artificial y la inteligencia “humana”. A través de su eslogan “buscar, no ordenar”, describe cómo la difusión de gmail causó un cambio de paradigma en la forma en que vemos las cosas:
Solíamos pensar que la clasificación de las cosas ahorraría tiempo. Y así fue; pero resulta que con la mejora de las herramientas de búsqueda (en este caso, la búsqueda de gmail), es mucho más fácil y rápido encontrar lo que estamos buscando. Por lo tanto, la organización sistemática de los datos como una herramienta que ahorra tiempo, en este caso, se ha vuelto completamente inútil. Del mismo modo, las computadoras aún no pueden responder preguntas existenciales, lo que las hace incapaces de resolver problemas que nosotros mismos debemos resolver. [Mario Carpo, The Second Digital Turn. Design Beyond Intelligence, MIT Press, Cambridge MA, 2017, p. 25.]
La inteligencia artificial es una “búsqueda” infinita basada en una solicitud finita: la máquina de Carpo, que anuncia el segundo giro digital (¿o revolución?), es capaz de encontrar una aguja en un pajar. Ya no hay necesidad de estantes, cajones o taxonomías para reducir los términos de búsqueda en conjuntos cada vez más coherentes (como fue el caso con la “clasificación”). La máquina encontrará la aguja donde sea que se encuentre, en el caos del espacio pseudoinfinito de la World Wide Web o, en un sentido más general, del “Big Data”. Lo hará en un instante. Y aquí radica su inteligencia: el buscar una aguja en un pajar pseudoinfinito es tan sencillo y rápido que parece irrelevante para la capacidad de una máquina.
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Fuente: Plataforma Arquitectura, Domingo 05 de Abril de 2020

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