Jueves, Noviembre 21, 2024

Conexión a China | Crisis, infraestructura y desarrollo, por Eduardo Abedrapo Bustos y Martín González Solar

DIARIO FINANCIERO – La pandemia está generando dolores económicos profundos en el país que será necesario abordar colaborativamente. En este sentido, hay amplio consenso en que la acción del Estado en materia de inversión en infraestructura pública es clave para impulsar la economía, con el consiguiente e imprescindible efecto positivo en el empleo. A su vez, contar con el concurso de los privados en el financiamiento de largo plazo resulta fundamental, atendidas las estrecheces presupuestarias fiscales actuales y futuras, cuestión en que las modalidades de asociación público privada (APP) juegan un rol clave.

La experiencia de los últimos años indica que diversas empresas constructoras chinas de gran magnitud y presencia mundial, han participado y están participando en procesos de licitación convocados en Chile para el desarrollo de proyecto de infraestructura pública, tanto a través de contratos de obra pública tradicional como mediante el sistema de concesiones. Esto, sin duda, es una muestra de confianza en el país y un hecho alentador, considerando que los enormes desafíos que Chile debe afrontar en el futuro inmediato requieren del concurso del máximo número de actores posibles, tanto internos como foráneos.
Por otra parte, si consideramos la iniciativa que se ha dado en llamar “la nueva ruta de la seda” impulsada por China, consistente en desarrollar una franja de corredores terrestres entre países y una ruta de navegación para uso comercial que conecte Asia, Europa, África y América Latina, Chile debe jugar un rol central en la conexión transpacífica y latinoamericana.
En consistencia con lo anterior, el Congreso Nacional se encuentra estudiando un proyecto de ley que autorizaría a Chile a unirse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB), entidad respaldada por China, lo cual abriría un nuevo campo de posibilidades para el financiamiento y gestión de proyectos de obras públicas, sean nacionales o multinacionales.
Convertir el duro momento que viven Chile y el mundo en una oportunidad para potenciar las instancias de cooperación transversal, y generar nuevos y mayores lazos de integración, tanto al interior de los países como a nivel internacional, puede ser una buena manera no sólo de superar la crisis, sino de proyectar un futuro mejor para todos a escala mundial.
En consistencia con ello, en la elaboración de la nueva estrategia de infraestructura para el desarrollo, es imprescindible asumir que la misma debe ser resiliente, cooperativa y ampliamente integradora.
Ver artículo
Fuente: Diario Financiero, Martes 18 de Agosto de 2020

DIARIO FINANCIERO – La pandemia está generando dolores económicos profundos en el país que será necesario abordar colaborativamente. En este sentido, hay amplio consenso en que la acción del Estado en materia de inversión en infraestructura pública es clave para impulsar la economía, con el consiguiente e imprescindible efecto positivo en el empleo. A su vez, contar con el concurso de los privados en el financiamiento de largo plazo resulta fundamental, atendidas las estrecheces presupuestarias fiscales actuales y futuras, cuestión en que las modalidades de asociación público privada (APP) juegan un rol clave.

La experiencia de los últimos años indica que diversas empresas constructoras chinas de gran magnitud y presencia mundial, han participado y están participando en procesos de licitación convocados en Chile para el desarrollo de proyecto de infraestructura pública, tanto a través de contratos de obra pública tradicional como mediante el sistema de concesiones. Esto, sin duda, es una muestra de confianza en el país y un hecho alentador, considerando que los enormes desafíos que Chile debe afrontar en el futuro inmediato requieren del concurso del máximo número de actores posibles, tanto internos como foráneos.
Por otra parte, si consideramos la iniciativa que se ha dado en llamar “la nueva ruta de la seda” impulsada por China, consistente en desarrollar una franja de corredores terrestres entre países y una ruta de navegación para uso comercial que conecte Asia, Europa, África y América Latina, Chile debe jugar un rol central en la conexión transpacífica y latinoamericana.
En consistencia con lo anterior, el Congreso Nacional se encuentra estudiando un proyecto de ley que autorizaría a Chile a unirse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB), entidad respaldada por China, lo cual abriría un nuevo campo de posibilidades para el financiamiento y gestión de proyectos de obras públicas, sean nacionales o multinacionales.
Convertir el duro momento que viven Chile y el mundo en una oportunidad para potenciar las instancias de cooperación transversal, y generar nuevos y mayores lazos de integración, tanto al interior de los países como a nivel internacional, puede ser una buena manera no sólo de superar la crisis, sino de proyectar un futuro mejor para todos a escala mundial.
En consistencia con ello, en la elaboración de la nueva estrategia de infraestructura para el desarrollo, es imprescindible asumir que la misma debe ser resiliente, cooperativa y ampliamente integradora.
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Fuente: Diario Financiero, Martes 18 de Agosto de 2020

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